martes, 31 de enero de 2012

Alarmantes brechas educativas regionales

Al culminar el segundo grado de primaria, todos los niños peruanos rinden una evaluación de comprensión lectora y razonamiento matemático con preguntas tales como: Si por 10 figuritas se canjea una lámina, ¿cuántas figuritas necesito para canjear dos láminas? Responder bien estas es un logro esperado del segundo grado en escuelas públicas y privadas, urbanas y rurales.

Estimado lector: ¿Qué porcentaje de niños peruanos cree usted que pasa esta prueba nacional de aprendizajes?... ¡Solo 14%! Nótese que estos niños serán, al cabo de solo 10 a 15 años, nuestra fuerza laboral que tendrá que competir contra un centenar de países mejor calificados en plena sociedad del conocimiento.

La realidad es aun más dramática por regiones. Por ejemplo, en la selva, en Huánuco, Madre de Dios y San Martín solo 6 de cada 100 niños dieron con la respuesta, mientras que en Ucayali fueron 4, y en Loreto únicamente ¡1! Los mejores indicadores lo lograron Arequipa y Moquegua, con 25% de aprobados, y Tacna, con 30% (Lima Metropolitana solo obtuvo 18% de aprobación).

El Consejo Nacional de Educación elaboró por consenso el Proyecto Educativo Nacional (PEN) al 2021 que ha empezado a guiar las políticas educativas del país y que fija como meta 13 años de educación de calidad para todos los peruanos. Para hacer factible dicha ambición, el PEN tiene que ser apropiado y aplicado en todas las regiones. Por ello, el CNE está monitoreando y apoyando la implementación de proyectos educativos regionales con un sistema de información muy valioso y útil.

Este sistema hace seguimiento a áreas claves para lograr una inversión eficaz y sostenida en la educación: planificación, presupuesto, ejecución, organización, profesionalización y participación de la sociedad civil. Los resultados hasta el momento indican un insuficiente apoyo a la educación en las regiones, a pesar de un mayor volumen de recursos fiscales en muchas de ellas. Destaca Ucayali, que parte con los indicadores educativos más rezagados, pero que está atacando el problema de manera integral. Ojalá veamos pronto importantes mejoras en los aprendizajes en esta y otras regiones por el bien de nuestros niños y por el desarrollo de nuestro país.


Artículo para El Comercio, 31 de Enero de 2012.

martes, 10 de enero de 2012

¡Que no se caiga el empleo!

El año que acaba de terminar mostró indicadores satisfactorios en el campo laboral. El empleo formal en empresas de 10 y más trabajadores de las principales ciudades del país mantuvo incrementos anualizados de 5% debido a la elevada tasa de crecimiento de la economía que se situó en 6.8%. Asimismo, el desempleo en Lima retrocedió hasta 7%, lo que se compara favorablemente con tasas de dos dígitos en buena parte de Europa y cerca de 9% en Estados Unidos (sin embargo, el subempleo en la capital todavía afecta a más de un tercio de la fuerza laboral).

El mayor contraste surge con las expectativas para este incierto 2012 que recién comienza. Si la economía peruana creciera alrededor de 5%, en el caso más optimista, es previsible que el empleo formal se incremente cerca de 3% que es lo mínimo necesario para que los indicadores de desempleo y subempleo no se disparen como en otras épocas de crisis. Escenarios más pesimistas de mayor recesión mundial, continuos conflictos internos y desaliento de la inversión privada, rebajarían nuestro crecimiento económico a alrededor del 3% con lo que posiblemente caería el empleo adecuado y podría incrementarse la pobreza por primera vez en diez años.

¿Qué hacer para evitar este escenario? Hay que tener listo para implementar un plan contra-cíclico de política fiscal y programas eficaces y adecuadamente focalizados de protección social. Se espera que la acción directa del gasto e inversión pública, en sus tres niveles, contribuya con cerca de la mitad del crecimiento de la economía en un año de crisis. Sin embargo, por los resultados al cierre del 2011, observamos que la capacidad de ejecución del Estado es paquidérmica en muchos casos.

No obstante, no puede haber crecimiento importante ni sostenible sin mayores niveles de inversión privada. Por ello, se necesita reafirmar políticas macroeconómicas y microeconómicas de aliento a la inversión privada nacional y extranjera, respetuosas de las comunidades y el medio ambiente. Asimismo, se deben evitar bandazos contracorriente y mayores rigideces en la legislación laboral con propuestas desfasadas de la realidad y contexto como el Proyecto de Ley General del Trabajo.

Artículo para El Comercio, 10 de enero de 2012.