miércoles, 8 de abril de 2015

Gustavo Yamada: "Siempre llevo un Gestión a las clases de Economía"

Especial 25 años de Gestión. El decano de la Facultad de Economía y Finanzas de la Universidad del Pacífico narra cómo impacta el Diario en su carrera.

La prensa económica del Perú llegó hasta la década de los 90 sin una tradición de publicaciones diarias. Unos años antes habían salido al mercado algunas revistas o boletines con información económica, pero poco alcance. Gestión nace el 25 de setiembre de 1990 listo para cubrir la demanda que generaría la nueva coyuntura económica tras el ‘fujishock’.

A propósito del aniversario, el economista Gustavo Yamada comenta cómo el diario ha acompañado la economía nacional y su carrera en estos años.

¿Qué tan necesaria era la información económica en los años 90?
Gestión salió cuando estábamos sufriendo el costo acumulado del mal manejo económico de los 70 y, sobre todo, de la segunda mitad de los 80. Con el ‘fujishock’ saber qué iba a pasar con las finanzas públicas, con el tipo de cambio, etc. era muy importante y, por eso, Gestión se vuelve muy útil. Luego se consolida y acompaña a la economía peruana en las buenas y en las malas.

¿Cuál era la situación previa de la información económica y financiera?
Antes de la aparición de Gestión la información económica financiera era bastante restringida en el Perú. Había que estar suscrito a servicios bastante caros y no había información para los empresarios de pequeña, mediana o gran industria y que pueda ser utilizada por profesionales o estudiantes. Entonces, Gestión cubrió un vacío bien grande.

¿Cómo le resulta útil un diario económico?
Nosotros siempre llevamos un Gestión a las clases de Economía. Y, por ejemplo, yo les pido a mis alumnos analizar las noticias de Gestión para incentivarlos a ver cómo tienen que relacionar la teoría económica con el mundo real.

¿Y en sus investigaciones?
Para medir el impacto de qué tan restrictiva puede ser una legislación laboral en cuanto a la contratación formal se nos ocurrió analizar la publicación de noticias relacionadas la Ley General de Trabajo en Gestión desde el 2001 hasta el 2012.

¿Cómo así?
Hicimos una estadística de la frecuencia diaria, semanal y mensual de las noticias, con su importancia (si habían sido portada o página interior) y medimos su impacto en el ritmo de generación de puestos de trabajos formales.

¿Cuáles fueron los resultados?
Encontramos una relación inversa: mientras más noticias salían, es decir mientras más inminente era aprobación del proyecto, más expectativa negativa se generaba y se reducía la velocidad de contratación formal. Ese es un caso práctico de cómo se usa la información de Gestión en un estudio.

Entrevista realizada por Evelyn Coloma para el diario Gestión. 
Link original y vídeo de la entrevista: http://gestion.pe/economia/gustavo-yamada-siempre-llevo-gestion-clases-economia-2127832

La década de los 90 en la voz de cuatro economistas peruanos

Especial 25 años de Gestión. Roberto Abusada, Gustavo Yamada, Kurt Burneo y Pablo Secada repasan las reformas claves del proceso de estabilización del Perú durante la última década del siglo XX.

El primer número de Gestión salió al mercado el 25 de setiembre de 1990. ¿Qué tan diferente era el Perú en esa época? Hacía casi un mes, el ministro de Economía de entonces, Juan Carlos Hurtado Miller, había anunciado un drástico plan de estabilización conocido como el ‘fujishock’, que junto a otras reformas de mercado en casi toda la economía, cambiaría el desempeño económico del país en los siguientes años. Pues, hasta llegar esta década, el Perú era un ejemplo de mala gestión macroeconómica y de crisis generalizadas.


El PBI nacional se contrajo cuatro veces durante los años 80, el déficit fiscal como porcentaje del PBI llegaba a dos dígitos y las brechas en la cuenta corriente de la balanza de pagos, a cerca del 10%. De igual forma, el crecimiento exponencial de la inflación evidenciaba los problemas: entre 1988 y 1990 se llegó a picos de hiperinflación anual de cuatro dígitos.


Ante un país sin reservas, la única solución era restringir la oferta monetaria y liberar los precios, a pesar de la incertidumbre que generó en ese momento y el impacto sobre las personas con menores recursos. Los precios de los productos de primera necesidad se dispararon, pero con el límite al déficit fiscal y la impresión inorgánica de dinero, la inflación empezó a bajar.

Después, el proceso de reformas para liberar los mercados avanzó muy rápido hasta 1994. Se impulsaron las privatizaciones, la desregulación, la flexibilización del mercado laboral y la reforma de administración tributaria, con efectos que se ven hasta el día de hoy.

¿Fue suficiente? Si bien el Perú mejoró su competitividad durante los años 90, aún hay un camino de reformas pendientes para seguir avanzando. La debilidad de las instituciones, por ejemplo, se mantiene como uno de los principales riesgos del panorama nacional que limitan su acercamiento a las grandes ligas del desarrollo.

Link original y de la entrevista: http://gestion.pe/economia/decada-90-voz-cuatro-economistas-peruanos-2127066

Evaluaciones de Impacto

Hace unas semanas tuvimos a Paul Gertler, experto mundial en evaluación de impacto, en un taller internacional con énfasis en proyectos de agua y saneamiento, gracias a una cooperación entre Banco Mundial, BID, GRADE y Universidad del Pacífico.

La evaluación de impacto es una metodología cada vez más usada para identificar los efectos causales de programas de desarrollo, aislándolos de otras variables que hayan podido influir sobre indicadores objetivo. Por ejemplo, cuando hace casi dos décadas iniciáramos ProJoven, programa que combina formación técnica de jóvenes pobres en aula con práctica laboral en empresas, incorporamos la evaluación de impacto como parte esencial de su diseño.

No bastaba mostrar que los jóvenes beneficiados incrementaban su empleabilidad e  ingresos al finalizar el programa. Una buena parte o, quizás, todo el efecto positivo podía deberse al mejoramiento de la economía, maduración de los jóvenes, o su mayor conocimiento del mercado laboral, entre otras razones.

Para aislar el efecto causal de la intervención, la evaluación necesitaba en una primera etapa medir la situación antes del programa (llamada línea de base) tanto de jóvenes que serían beneficiarios, como de otros jóvenes lo más similares posibles pero que no se beneficiarían del mismo (conocidos como grupo de control).

La segunda parte fue la valoración final del proceso (digamos a los 6, 12 y 18 meses de egresados de ProJoven) midiendo nuevamente la situación laboral de ambos grupos, para así establecer si los cambios observados en el grupo tratado superaban a los ocurridos en el grupo de control.

Los reiterados impactos positivos encontrados en Projoven sería una de las razones de su permanencia en el tiempo. Esta es una ventaja de las evaluaciones de impacto: puede ayudar a consolidar programas eficaces o a desmontar aquellos con impactos nulos o insuficientes.

¿Es costosa una evaluación de impacto? En un balance realizado hasta el 2005, encontramos con Patricia Pérez que podía significar menos de 1% del presupuesto de un proyecto grande y entre 2 a 4% en un proyecto piloto. Vale la pena destinar estos recursos para asegurarse que el dinero público está bien invertido. Salvo que, como indicara el Profesor Gertler, exista suficiente evidencia internacional acumulada que demuestre que la intervención es positiva en todas las circunstancias.

En el caso de programas innovadores con escasa evidencia es importante contar con una unidad de evaluaciones de impacto. Esto es lo que están realizando crecientemente los sectores Educación, MEF, MIDIS, Salud y Vivienda, lo cual contribuirá a asegurar que los buenos proyectos se conviertan en políticas de estado permanentes.

Una observación técnica que se suele hacer a esta metodología es que no puede salvar enteramente los problemas de construcción de grupos de control adecuados. La situación ideal es la asignación aleatoria de beneficiarios del programa pero este esquema puede ser inviable en la práctica.

Esta dificultad se puede solucionar aprovechando implementaciones progresivas de  programas, tal como se hizo con PROGRESA en México, o considerando situaciones de sorteo socialmente aceptadas, como ocurre con el exceso de demanda por vacantes de alumnos en algunos colegios de Fe y Alegría en nuestro país. El análisis de esta experiencia será materia de una próxima columna con Pablo Lavado.

Publicado en el diario El Comercio el 1 de abril del 2015.