Para lograr el desarrollo económico se necesita la capacidad de innovar y crear nuevos productos permanentemente. Así lo han demostrado Inglaterra, Alemania, Estados Unidos, Japón, y, más recientemente, Corea, Finlandia y Singapur. En el Perú la falencia es enorme. Sólo invertimos 0.15% del PBI en investigación, ciencia y tecnología, cuando América Latina destina cuatro veces más, y Corea y otros países desarrollados invierten más del 3% de su PBI para estos fines. Tanto nuestro Estado como empresas tienen que hacer mucho más.
“El ADN del innovador” de Jeff Dyer analizó empresas americanas exitosas y encontró 5 características clave de los grandes innovadores: asociadores, preguntones, observadores, networkers y experimentadores. Por ejemplo, Michael Dell desarmaba y volvía a armar objetos desde niño y así produjo una PC 30% mas barata que la líder del mercado. Al respecto, recomiendo la estupenda película “Hugo” para motivar esta pasión en niños y adultos.
¿Tienen que fortalecer las empresas estas capacidades? Si no producen nada nuevo en 10 años estarán en declive. ¿Qué pueden hacer? Generar espacios para la asociación de ideas diversas, el cuestionamiento, la observación, las redes y la experimentación. Así, Google y Procter hacen swaps de personal para que sus equipos aprendan mutuamente. Se puede llevar a expertos de otras disciplinas y sectores a conversar con la mayor cantidad de colaboradores, por ejemplo, durante el almuerzo.
El Estado tiene mucho por hacer. Debe invertir más en laboratorios, postgrados y proyectos de investigación básica y aplicada a la producción de bienes y servicios. También trabajar en el sistema educativo, desde la base, puesto que se trata de lograr una sociedad de peruanos innovadores.
¿Cuáles son las características a desarrollar en nuestros niños y estimular a lo largo de la vida? Consideramos que son las mismas citadas anteriormente: ser asociadores, preguntones, observadores, manejarse en redes y experimentadores. ¿Están haciendo lo suficiente nuestros currículos, profesores, colegios, institutos y universidades, para crear una sociedad innovadora? Definitivamente no, y revertir esta situación debe ser una prioridad en las reformas educativas que estamos emprendiendo.
Artículo para El Comercio, 7 de Marzo de 2012.