martes, 22 de septiembre de 2015

El Método PHD

Ph.D. es la abreviatura del término latín original “Philosophiae Doctor” que significa Doctor en Filosofía. Es el más alto grado académico otorgado en ciencias exactas, sociales y humanidades en muchas de las mejores universidades de investigación del mundo.

Para obtener un Ph.D. se necesita, además de contar con los grados previos de bachillerato y maestría, demostrar un sobresaliente nivel y profundidad de conocimiento en la disciplina, y desarrollar y defender una tesis doctoral de investigación original que contribuya a expandir el stock de conocimiento en la materia.

En esta ocasión, adaptaré dicho acrónimo a otro fin relacionado al ámbito superior. PHD encapsulará tres elementos clave a tener en cuenta al tomar decisiones sobre educación superior que deben enfrentar nuestros jóvenes.

En nuestra columna anterior sobre observatorios laborales, finalizábamos indicando que por más que fuera útil un portal como “Ponte en Carrera” para guiar decisiones de educación superior, no debía ser el único elemento a considerar. Con el método PHD proponemos ponderar tres dimensiones importantes: P de Pasión, H de Habilidades y D de Demanda.

Con la P de Pasión nos referimos al gusto y motivación que se pueda tener por una carrera y actividad profesional que acompañará al individuo cerca de cinco décadas. ¿Te imaginas diseñando o construyendo casas y edificios, o diagnosticando enfermedades y operando para salvar vidas, o analizando muchos números e información dispersa para manejar la economía de una empresa o país toda una vida? 

Con la H de Habilidades incidimos en el hecho de que no basta la Pasión por la futura actividad, sino que para el éxito y realización profesional, se necesitan competencias académicas y no académicas específicas para cada carrera. ¿Tienes facilidad para los números y análisis matemático, o te gusta más leer toda clase de libros y escribir tus ideas sobre el papel? ¿Eres extrovertido y con gran facilidad de palabra o introvertido y más hábil en el trabajo analítico independiente?

Con la D de Demanda nos referimos a tomar muy en cuenta lo que demanda actualmente el mercado laboral y lo que se proyecta demandará en el futuro. Esto es fundamental para ser suficientemente realista y no terminar estudiando una carrera y en una institución con poca proyección y difícil inserción laboral.

Es precisamente en este tercer aspecto la contribución de “Ponte en Carrera”. Gracias al portal, se han revelado diversos casos de éxito laboral, pero también muchos escenarios de bajos ingresos e insuficiente empleabilidad de egresados de una gran cantidad de carreras e instituciones universitarias y técnicas del país. Asimismo, el portal tiene información y videos amigables en torno a las condiciones de P y H que se necesitan en carreras específicas.
Ahora toca a las autoridades realizar campañas masivas de difusión entre escuelas públicas y privadas para el uso efectivo de esta herramienta en momentos que los escolares de cuarto y quinto de secundaria están a punto de decidir su futuro profesional.

Y si realmente tienes mucha Pasión, Habilidad y percibes Demanda por la creación de conocimiento en una disciplina específica, ¡ojalá el país te pueda brindar la oportunidad de desarrollar todo tu potencial hasta alcanzar un Doctorado Ph.D. para beneficio tuyo, de tu familia y del Perú!

Publicado en el diario El Comercio el 16 de septiembre del 2015.

lunes, 31 de agosto de 2015

Ponte en Carrera, el observatorio que tardó 10 años en crearse

El economista Gustavo Yamada, quien propuso la creación de este observatorio laboral, cuenta lo que vendrá para este año

Por casi una década, Gustavo Yamada, decano de la Facultad de Economía de la UP,  insistíó a través de columnas periodísticas y en reuniones empresariales del más alto nivel, tipo CADE, la creación de un observatorio laboral para que los jóvenes peruanos puedan elegir de manera correcta la carrera que estudiarían. La principal respuesta que le daban desde todos los sectores era: no hay presupuesto.
Yamada, quien ha investigado en extenso el tema de los retornos económicos por haber estudiado una carrera en el Perú, era un convencido que muchos peruanos tomaban una pésima decisión por no contar con las herramientas necesarias.

Clic aquí para ver el vídeo de la entrevista

"Hay jóvenes que invirtieron mucho dinero en sus estudios y al egresar no lo recuperaron porque los sueldos que obtenian eran bajos", indica.

Datos claves: dos de cada tres egresados profesionales se arrepienten de la carrera estudiada y de dónde la han estudiado. Y cerca de la mitad de empresarios manifiesta dificultades para encontrar personal adecuado.

EL SURGIMIENTO

Fue en el CADE 2013 que la propuesta de Yamada fue acogida por el IPAE, que con ayuda del Ministerio de Trabajo y el Ministerio de Educación empezó a trabajar en la propuesta.

"No ha sido fácil sacar el portal porque involucraba poner en comunion de intereses a dos ministerios, la Sunat y el sector privado, pero felizmente se ha generado esta alianza".

Así, en julio pasado se lanzó el portal "Ponte en Carrera" de manera oficial, con una inversión de US$100 mil. El éxito fue total: los medios de comunicación le dieron gran cobertura a los datos obtenidos, los jóvenes se volcaron a las redes sociales y descubrieron que la profesión de geólogo era de una de las más remuneradas del mercado y las universidades (claro, las mejor ubicadas) difundieron los resultados con algarabía.

Lo preocupante, insiste Yamada, ha sido que no se le está dando importancia a aquellas carreras e instituciones que presentan los menores índices de empleabilidad y ocasionan sueldos bajos, tipo educación o técnico en farmacia.

"Si los jóvenes se dan cuenta que hay carreras que no son atractivas e instituciones que tampoco lo son, podrán tomar una mejor decisión".

LO QUE VIENE

El economista de la Universidad del Pacífico dice que "Ponte en Carrera" está en la mitad del camino recorrido. Se cuenta con el 70% de información de las empresas privadas y se espera que antes de fin de año se sume la data de las empresas del sector público.

Otra gran tarea será la campaña de difusión del portal en colegios públicos y privados de todo el país. "El principal usuario de 'Ponte en Carrera' tiene que ser el joven que está pensando en que hará los próximos 50 años de su vida , que estudiará y dónde lo hará. Por eso hay que ir a las escuelas".

Yamada suelta una pregunta: ¿qué hubiese pasado si hace 10 años se habría lanzado el portal? Y luego piensa en voz alta: "¡cuántos jóvenes peruanos podrían haber tomado una mejor decisión!". No lo dice, pero lo cierto es que quizá decenas, cientos o miles.

El valor de un observatorio

El lanzamiento del Observatorio Educativo Laboral “Ponte en Carrera” (pontenecarrera.pe) el mes pasado tuvo una amplia cobertura en los medios de comunicación escrita y radial del país. Ha sido un hito para esta fructífera alianza público-privada entre los Ministerios de Educación y Trabajo e IPAE. Asimismo, los comentarios positivos de parte de importantes columnistas como Mónica Delta, Franco Giuffra, Eduardo Morón y Raúl Vargas han contribuido a darle mayor difusión y credibilidad a la iniciativa.

En términos operativos, el portal está funcionando muy bien en tiempo real. Los resultados que más se han resaltado son los primeros puestos en remuneración promedio en el sector privado a egresados de Geología e Ingenierías, y los últimos puestos en el caso de Educación. Se trata de estadísticas confiables pues provienen de verdaderos censos de planillas de empresas privadas formales que cuentan con alrededor de 500 mil casos individuales acumulados.

También ha concitado la atención mediática los ingresos más altos desagregados a nivel de carreras e instituciones. El hecho de que el Economista de la Universidad del Pacífico sea el mejor remunerado en el mercado laboral nos llena de gran satisfacción. En segundo lugar aparece el Ingeniero Mecánico-Eléctrico de la Universidad de Piura. El tercer y cuarto puesto lo ocupan los Ingenieros Empresariales y Administradores de la Pacífico. Y completan el quinto lugar los Ingenieros Geólogos de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.

Sin embargo, un valor agregado importante del observatorio es revelar los casos de bajas remuneraciones y reducida empleabilidad para que los jóvenes puedan tomar mejores decisiones de inversión educativa superior de largo plazo. Por lo que consideramos que esta mirada a la parte inferior de la tabla no ha generado suficiente prensa todavía.

A partir de este tipo de información y supuestos realistas, se pueden revelar miles de casos de recientes egresados con tasas de retorno negativas bajo un análisis financiero y económico. De hecho, simulaciones realizadas sobre decisiones que posiblemente no ocurrirían al conocerse de antemano dichos retornos mediocres evidencian un enorme beneficio neto de este tipo de herramienta para la sociedad.

Se ha invertido una suma total inferior a los cien mil dólares en desarrollar el portal, mientras que su beneficio social, en el cálculo más conservador, sería centenares de veces mayor. Para materializar todo este potencial se tiene previsto hacer campañas masivas de difusión y tutorías en escuelas secundarias públicas y privadas. Una segunda etapa del observatorio, a completarse a más tardar a fines de este año, tendrá también estadísticos detallados de empleabilidad relativa por carrera e institución.

Al fondo del ranking de ingresos, aparecen también muchos casos de datos no disponibles. Esta aparente falta de información es en realidad muy informativa: genera por lo menos dudas sobre la empleabilidad en el sector privado formal de egresados de muchas de estas instituciones y carreras en el país.

Un observatorio como “Ponte en Carrera” es un elemento central que faltaba para acompañar la toma de decisiones de los jóvenes y mejorar el funcionamiento del mercado de educación superior.  No obstante, no es el único. Por ello, en una próxima entrega desarrollaremos el método PHD de elección de carrera.

Publicado en el diario El Comercio el 19 de agosto del 2015.

BETA educativa laboral

Beta es la segunda letra del alfabeto griego, importante innovación (fue el primer conjunto ordenado y completo de letras en la historia) de la nación que hoy sufre una de sus peores crisis, debido al desastroso manejo económico en las últimas décadas.

Beta se utiliza universalmente como símbolo en diferentes disciplinas como la estadística, economía y finanzas. Suele representar el coeficiente de una regresión que mide la influencia de una variable sobre otra (por ejemplo, el efecto del nivel de ingreso disponible sobre las cantidades de consumo agregado o de productos específicos). En el campo financiero, Beta mide la volatilidad del precio de acciones específicas en relación a la variabilidad del valor promedio de todas las acciones.

En esta columna, proponemos utilizar la letra BETA en el campo educativo laboral: como un acrónimo de la Brecha entre la Educación y Trabajo Actual, sobretodo a nivel  profesional y técnico. Esta situación puede haber existido desde hace mucho en nuestro país, pues las universidades e institutos no siempre se conectan con las empresas y organizaciones para captar sus demandas de personal y adecuar sus contenidos formativos. Sin embargo, la brecha parece haberse agudizado en los últimos tiempos.

Algunas razones detrás: las necesidades de las empresas y organizaciones están cambiando mucho más rápido en estos tiempos, donde la única constante es el cambio acelerado, mientras que las ofertas de educación superior resultan ser en muchos casos inerciales y estar cada vez más rezagadas. Por otro lado, la cantidad de instituciones y universidades ha crecido enormemente, pero con alta heterogeneidad en calidad y pertinencia, incrementando la posibilidad de brechas a nivel individual y agregado.

En un reciente estudio publicado en el portal de “IZA World of Labor” (bit.do/IZA-Yamada), analizamos de manera comparativa la prevalencia de este fenómeno a nivel mundial. Encontramos similitudes en la dirección del boom, pero diferencias en cuanto a resultados y la forma cómo las políticas públicas atienden las asimetrías de información y el aseguramiento de la calidad, con el fin de amenguar el subempleo y la sobreeducación profesional.

En este sentido, finalmente en el Perú se ha empezado a hacer realidad un sistema de información educativa laboral que coadyuve a reducir esta BETA para beneficio de los jóvenes y todo el país. Ayer martes 21 se lanzó la primera etapa del observatorio “Ponte en Carrera.pe”, iniciativa conjunta del Ministerio de Educación, Ministerio de Trabajo e IPAE, que permite por primera vez conocer de manera fidedigna las remuneraciones promedio por carrera e institución de egreso en el país.

Así, los jóvenes pueden informarse de que las especialidades mejor pagadas en el Perú tienen que ver con su rica dotación de recursos naturales y la aplicación de tecnologías para aprovecharlas: las carreras de Geología y diversas Ingenierías. Por otro lado, resulta contradictorio aún que la Educación esté a la cola de las remuneraciones en un país que necesita a gritos mejorar la calidad de su capital humano, pagando mejor a sus formadores tanto en el sector público como privado. Consideramos que, mientras más se difunda este riquísimo portal entre los jóvenes, padres de familia, universidades, institutos y empresas, mayor será su impacto para reducir la BETA. ¡A ponernos en carrera!

Publicado en el diario El Comercio el 22 de julio del 2015.

miércoles, 24 de junio de 2015

Migraciones heroicas

La migración de individuos, familias y grandes colectivos humanos, desde el distrito, provincia o región de origen, hacia otra localidad generalmente lejana, dentro o fuera del país, es casi siempre un acto heroico. Demanda asumir muchos sacrificios personales y familiares, sortear grandes dificultades económicas, enfrentar nuevas culturas y costumbres, y hasta superar procesos de discriminación arraigados en los lugares de destino.

Desde el punto de vista económico, la migración es una inversión en capital humano de elevado costo inicial con la esperanza de una mejor vida futura. Quienes finalmente migran suelen ser más emprendedores y progresistas que aquellos que dejaron atrás en sus comunidades de origen. Empiezan ganando menos que los lugareños de la localidad en la que se asientan pero, en base a su denodado esfuerzo y ganas de superación, en muchos casos terminan igualando y hasta superando los ingresos de los locales. 

Esta poderosa imagen de la migración, que siempre ha sido emotiva en todas partes del mundo, ha adquirido una connotación muy especial para nuestro país en el último medio siglo. La gran migración del campo a la ciudad ha sido posiblemente el fenómeno socio-económico más importante ocurrido dentro del Perú contemporáneo.

En “La fuerza económica de las migraciones internas”, Aníbal Sánchez, economista, sociólogo y directivo del INEI, recopila y analiza los flujos migratorios ocurridos dentro del país en las últimas décadas y evalúa sus efectos. Los datos son impresionantes: uno de cada cinco peruanos (más de seis millones) reside en una región diferente a la que lo vio nacer, y uno de cada tres (más de diez millones) vive en un distrito distinto al que registró su nacimiento. Somos en buena parte un país de migrantes internos, elemento central actual de la identidad peruana y la construcción de una nación más integrada.

Sabíamos, por los trabajos pioneros de José Matos Mar y Rolando Arellano, que en Lima se juntan, parafraseando a José María Arguedas, “todas las sangres”, y que ahora es una “Ciudad de los Reyes, los Chávez, y los Quispe”. No obstante, es apabullante reconocer que el 40% de la fuerza laboral en Lima Metropolitana es migrante. Asimismo, recordábamos por un trabajo nuestro con el Censo 2007 que zonas de selva como Madre de Dios han desplazado a Lima como las mayores receptoras relativas de migración interna. Es aleccionador conocer que el 56% de la fuerza laboral de aquella región es migrante, atraída por las oportunidades formales e informales aparecidas allí.

En relación a la racionalidad económica del migrante, este estudio revela que el ingreso promedio mensual del migrante en la última década ha sido de 1,341 soles. Mientras tanto, el ingreso promedio del no migrante fue de 1,054 soles. Se trata de una importante diferencia de 29% explicada en parte por esas ansias de progreso y superación que llevan consigo los migrantes.

Sin embargo, sabemos que esta mejora económica no siempre se ha acompañado con adecuados servicios de infraestructura, vivienda y transporte local, por un déficit de planificación urbana de mediano y largo plazo. Mirando a futuro, hay que actuar rápido para que mega-ciudades como Lima Metropolitana, que llegará a acoger 13 millones de habitantes en las próximas dos décadas, no colapsen.

Publicado en el diario El Comercio el 24 de junio del 2015. 

jueves, 18 de junio de 2015

Gustavo Yamada: "Ser de clase media costaría más caro en Perú"

El Decano de la Facultad de Economía y Finanzas de la UP no cree que la clase media en el país sea la mitad de la población. En esta entrevista brinda su análisis sobre el tema y opina sobre la necesidad de elaborar un indicador sobre este segmento de la población. 

​Al economista Gustavo Yamada le resulta muy difícil afirmar que la clase media en el Perú está conformada por más del 50% de la población. Este cálculo fue anunciado recientemente por un funcionario del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), quien detalló que este grupo socioeconómico creció de 11.9% a 50.6% entre el 2005 y el 2014. Esto sería lo mismo que decir que casi se ha quintuplicado​, como muchos medios de comunicación titularon ante este anuncio. Sin embargo, lo cierto es que la clase media peruana ha tenido un proceso de crecimiento muy importante en estos años, pero no tan exagerado. “Se ha duplicado, pero todavía no llega a ser la mitad de la población”, dice el Decano de la Facultad de Economía y Finanzas de la Universidad del Pacífico. Yamada aplicó al caso peruano la lectura particular que suele darle a las estadísticas Hans Rosling para explicar aspectos económicos. Este divulgador científico de origen sueco encontró una relación muy estrecha entre la posesión de lavadoras y la clase media de un país. La explicación radica en que una familia que tiene este electrodoméstico necesariamente dispone de dinero para comprarlo, cuenta con cobertura de agua y electricidad, y puede costear el consumo de energía. Pero, sobre todo, asume que el costo de oportunidad de tiempo dedicado al lavado es más alto como para realizarlo a mano. “Si usamos ese indicador –explica Yamada–, el porcentaje de hogares con una propiedad exclusiva de lavadoras en el Perú –según la ENAHO– subió de 11% a 23% entre el 2004 y el 2014”. Es lo mismo que decir que se ha duplicado o que uno de cada cuatro hogares es de clase media. Si bien es cierto que no hay un consenso sobre la definición de este grupo socioeconómico, la cifra estimada por Yamada está acorde con lo calculado por investigaciones más complejas. Ipsos considera que la clase media en el país​ –conformada por los niveles socioeconómicos B y C– ha crecido de 21% a 35% entre el 2005 y el 2014. La Cámara de Comercio Lima informa​ que se expandió de 12.2% a 29%. Incluso, un reciente informe del BID señala que la clase media en el Perú abarca el 26% de su población. Y el Banco Mundial también maneja una cifra similar. 

Al ritmo de la desaceleración 
El común denominador es que la clase media peruana ha crecido aún en el contexto de desaceleración económica. En el 2011, Yamada hizo el mismo cálculo en base a la tenencia de lavadoras y el porcentaje ascendía a 19.8%, un incremento de diez puntos porcentuales desde el 2004, la época de mayor crecimiento económico del Perú. Hoy la cifra actualizada es 23%, que significa un despunte de tres puntos entre el 2011 y el 2014. “La clase media ha seguido creciendo, pero quizá a un ritmo menor que en los ‘años dorados’ de la década pasada. Sí se nota el impacto de la desaceleración en este segmento de la población”, apunta. Yamada disiente de la opinión sobre la fragilidad de la clase media peruana para retornar a la pobreza o a una situación de inestabilidad. El Decano de la Facultad de Economía y Finanzas de la Universidad del Pacífico explica que aquellas familias que salieron de la pobreza y que no han llegado a conformar la clase media constituyen la llamada “clase vulnerable”. En este caso, sí es posible que ante un ciclo económico desfavorable retrocedan en el escalafón socioeconómico. En cambio, la clase media propiamente dicha es un segmento más consolidado. ¿Qué características tiene? Yamada tiene un perfil: “Son aquellas familias que tienen cierta solvencia económica para acceder a servicios de educación y salud de calidad. No pasan por apuros de desempleo y subempleo. Y si hay una situación temporal de desempleo, tienen los recursos para poder sobrellevarlo a través de la CTS​, fondos de ahorro o algún activo. Eso implica un presupuesto que rebasa los S/. 1,300 mensuales que define el umbral de la pobreza, sino que fácilmente supera los S/. 3, 000 mensuales para que esa familia típica de cuatro integrantes tenga todo el paquete completo de necesidades socioeconómicas cubiertas con calidad”. Dicho esto, le preguntamos a Yamada si ya es necesario dejar atrás la controversia y elaborar un índice de la clase media para efectos de diseñar políticas públicas destinadas a fortalecer este segmento de la población.

Hay varias formas de medir la clase media, como los enfoques de seguridad económica (BID) y de niveles socioeconómicos (Ipsos). ¿El Perú podría liderar un consenso y construir un índice sobre este segmento de la población? 
Sería una buena iniciativa y, en ese sentido, el Perú puede tener cierto liderazgo en el tema. En la medición, seguimiento y aceptación del indicador de la pobreza fuimos pioneros. La Encuesta Nacional de Hogares es considerada como una de las mejores de la región. Además, tenemos un comité de seguimiento de la pobreza que es independiente. Con ese precedente, yo creo que podemos asumir el liderazgo de la medición y seguimiento de la clase media peruana. Esto requiere arribar a cierto consenso nacional, pero también regional y mundial para que se pueda comparar con los países. Y además para mirar las diferencias en cuanto al tamaño del presupuesto nacional que cada familia necesita para lograr ser considerada de clase media. Sería todo un reto metodológico poner de acuerdo a los institutos de estadísticas de los países. Tendría muchas virtudes para poder discutir políticas relevantes para fortalecer la clase media de los países. 

¿Qué diferencias podría tener la clase media peruana respecto a otros países? 
Por ejemplo, para acceder a una educación de calidad generalmente hay que recurrir a la educación privada. Eso no es así en otros países, porque todavía la educación pública es la proveedora fundamental de educación de calidad, tanto en colegios como en estudios superiores. Entonces, el presupuesto familiar necesario para la parte educativa en esos países puede ser menor. Déjame agregar también el tema de seguridad. En el Perú, se necesita más presupuesto familiar asignado para poder sentirse relativamente seguro, porque hay que pagar vigilancia privada en muchos barrios, dado que la seguridad pública no funciona lo suficientemente bien. Hay que gastar en el guachimán del edificio o de la cuadra, que en otros países no necesariamente es una necesidad porque funciona la seguridad pública provista por la policía. Esa es otro tema que marca diferencia. Llegar a ser clase media probablemente en términos relativos cuesta más que en otros países, porque hay que pagar privadamente servicios de calidad como educación, salud, seguridad, etc. 

¿Se podría conformar un comité independiente que garantice las cifras de clase media? 
Sí, porque son indicadores políticamente sensibles. En el pasado, hubo mucha discusión, porque se evalúa el desempeño de un gobierno con indicadores objetivos concretos: por ejemplo, si bajo o no la pobreza. Entonces, si eso no es producido de una manera técnica, rigurosa, transparente e independiente puede estar manipulado por el gobierno de turno. Por eso se ha instaurado en varios países –y el Perú ha sido líder en ese aspecto– comités que puedan certificar las mediciones de pobreza. En ese sentido, ha habido un gran avance. Ahora, yo creo que del 2016 hacia adelante, sea quien sea el gobierno elegido, probablemente el tema de cómo consolidar la clase media sea uno de los temas centrales. Y eso implica una medición objetiva, rigurosa y transparente para deducir políticas públicas apropiadas a partir de eso. 

¿Quizá en un futuro cercano podríamos evaluar a los gobiernos en base a cuánto creció la clase media en el país? 
Es posible. Sería un buen indicador de desarrollo, porque fortalecer la clase media tiene una serie de ventajas, como estabilizar el sistema político y democrático y reducir la polarización de la sociedad. La experiencia de desarrollo económico y social de todos los países del mundo señala que sin una clase media fuerte y mayoritaria es difícil hablar de un desarrollo consolidado y sostenible.

Tomado de http://www.up.edu.pe/prensa/gustavo-yamada-ser-clase-media-4065

martes, 9 de junio de 2015

Observatorio Laboral: Una década de travesía




Observatorio Laboral: Una década de travesía
  Gustavo Yamada, Decano de Economía y Finanzas, Universidad del Pacífico[1]
29 de mayo 2015

Fuente: www.periodismoperu.com, www.elcomercio.pe

La información adelantada a los jóvenes sobre la empleabilidad de egresados profesionales, por carreras e instituciones educativas, es clave para contribuir a una mejor toma de decisiones que afectarán a toda una vida profesional, reduciendo la asimetría de información inherente a este mercado de bienes experiencia.  Otros mecanismos que confluyen en la misma línea son el licenciamiento y acreditación de la calidad de las universidades y facultades. Lamentablemente en el Perú estas dos políticas recién están en sus inicios en comparación con otras partes del mundo.

En unos pocos días vence el plazo establecido para que las empresas privadas y entidades públicas del país ingresen al sistema electrónico de planillas (T-Registro) cuatro datos básicos sobre la situación educativa de su personal: nivel de instrucción alcanzado, nombre de la carrera e institución en la que realizaron estudios superiores técnicos o universitarios, y año de egreso de la misma (el registro es bastante amigable con menús desplegables en opciones ubicadas por nombre u orden alfabético).

Estos datos, agregados de manera confidencial y anónima, van a ser el insumo fundamental  para construir el portal web “Ponte en Carrera”, apropiado nombre escogido para el Observatorio Laboral lanzado por los Ministerios de Trabajo y Educación en alianza estratégica con IPAE y la colaboración de la SUNAT (ver https://www.facebook.com/pontencarrera).

Ha tomado una década convencer a todos los agentes involucrados sobre la necesidad imperiosa de contar con una herramienta como esta para mejorar el funcionamiento de los mercados de educación superior y laboral del país. El siguiente recuento se hace con el fin de dejar constancia por escrito de las dificultades para diseñar e implementar políticas públicas en el Perú, en un entorno de mucha debilidad e inercia institucional, que ojalá sirva para identificar lecciones de política y administración pública a futuro.

El primer paso fue la realización de estudios minuciosos con la escasa información estadística disponible, auspiciados por el Consorcio de Investigación Económica y Social y el Centro de Investigación de la Universidad del Pacífico, acerca de los retornos económicos de la educación superior en el mercado laboral peruano entre el 2004 y 2005. Esta temática también tiene mucha importancia a nivel latinoamericano y mundial puesto que el trabajo fue aceptado y publicado en una revista científica mexicana de divulgación internacional. El segundo paso fue tratar de hacer incidencia en los medios de comunicación y en las políticas públicas en el Perú. Las conferencias anuales del CIES divulgaron las posibles estafas educativas a la que estaban expuestos muchos jóvenes, que deciden estudiar carreras técnicas y universitarias con escasa rentabilidad, y fueron materia de sendas coberturas en medios escritos y televisivos por lo menos durante unos días.

Una oportunidad que parecía crucial fue nuestra participación en el panel “Educación Superior: ¿A más siembra mayor cosecha?” del CADE 2006, plantando este sistema de información laboral. Su recepción calurosa por parte de las autoridades y los asistentes a dicho evento parecían presagiar su inminente aplicación. Sin embargo, no fue así, durante muchos años...

El tercer paso fue insistir con la implementación de este observatorio a través de los comunicados de la Comisión de Educación Superior del Consejo Nacional de Educación, las sucesivas Comisiones Consultivas de Empleo, la Comisión de Educación del Congreso de la República, y nuestras columnas periodísticas. No obstante, no se llegaba nunca a concretar la iniciativa. El argumento siempre era la falta de presupuesto público y la urgencia de dedicarlo a otras necesidades urgentes, pero también impedían reales avances la ausencia de prácticas de trabajo multisectoriales en el país, puesto que este es un tema eminentemente intersectorial entre educación, trabajo y los gremios empresariales.

Mientras tanto, el problema parecía agravarse puesto que el número y matrícula de carreras profesionales y técnicas e instituciones de educación superior no cesaban de crecer, al mismo tiempo que los empresarios se quejaban insistentemente del desajuste entre la oferta y la demanda laboral.

Un nuevo impulso empezó a darse con los CADE por la Educación y los CADE  Ejecutivos en recientes años. Asimismo, el creciente debate sobre qué hacer con la legislación universitaria, liderado por el Congresista Mora y el Ministro Saavedra, también abonaron en darle más urgencia a la medida.

De hecho, hace dos años CADE  entregó al gobierno un compromiso con sacar adelante el observatorio en el plazo de doce meses. Finalmente, se convenció a la SUNAT y las instancias intermedias del MINTRA sobre la rentabilidad social del esfuerzo y el Ministro Maurate está comandando este esfuerzo final para implementar esta poderosa herramienta de gestión.

Solamente falta que el empresariado privado y las entidades públicas ponga su granito de arena para que esto se haga realidad. Más allá de cualquier sanción pecuniaria potencial por incumplimiento, el país y los jóvenes se lo van a agradecer enormemente a fin de reducir las decisiones equivocadas y la brecha de talento en el país.

Dos datos claves para animar esta contribución: dos de cada tres egresados profesionales se arrepiente actualmente de la carrera estudiada y de dónde la ha estudiado. Y cerca de la mitad de los empresarios manifiesta dificultades para encontrar el personal adecuado para las necesidades de su empresa.  Finalmente debemos indicar que, a pesar de la década de crecimiento económico sostenido que ha experimentado la economía peruana, el subempleo profesional se ha incrementado de 29% a 42% en el mismo período.

Estamos convencidos de que un portal como Ponte en Carrera, va a ayudar mucho a reducir estos desajustes presentes en el mercado peruano actual. Hemos exhortado por diversos medios a las empresas a que ingresen la información necesaria: columna en El Comercio, publicación en el Facebook de la Universidad del Pacífico y de IPAE, difusión a través de gremios empresariales, entre otros. La fecha objetivo señalada por el gobierno para el lanzamiento del Observatorio es julio de este 2015 y esta vez creemos que sí se está cerca de cumplir dicha meta, luego de ¡una década de travesía!

Referencias

Consejo Nacional de Educación (2010). Sistema de educación superior: Un sistema articulado para una educación a lo largo de la vida. Boletín CNE Opina Nº30. Publicado en diciembre 2010.

El Comercio (2014). Saavedra: "La plata por sí sola no genera cambios en educación". Publicado en el diario El Comercio el 14 de noviembre del 2014.

Gestión (2015). Ministerio de Trabajo: “En julio se conocerá real demanda de profesiones y cuánto paga el mercado”. Publicado en el diario Gestión el 10 de marzo del 2015.

Lavado, P.; G. Yamada & J. Martínez (2014). ¿Una promesa incumplida? La calidad de la educación superior universitaria y el subempleo profesional en el Perú. Working Paper Series. BCRP. Diciembre 2014.

Manpower (2013). Encuesta sobre Escasez de Talento.

Perú21 (2013). Alertan sobre el aumento de subempleo profesional. Publicado el 08 de mayo del 2013.

Perú21 (2013). CADE 2013: Empresarios asumen compromisos concretos. Publicado en el diario Perú21 el 02 de diciembre del 2013.

Trahtemberg, León (2006). Brechas entre educación y mercado laboral (CADE 2006). Publicado en el diario Correo el 8 de diciembre del 2006.

Yamada, G. (2005). Retornos de la educación superior en el mercado laboral: ¿vale la pena el esfuerzo? Proyecto Mediano CIES. Lima.

Yamada, G. (2009). Rendimientos de la educación superior en el mercado laboral. El caso de Perú. El Trimestre Económico 76(2): 485-511. México.

Yamada, G. (2013a). URGENTE: Información de empleabilidad. Publicado en el diario el Comercio el 26 de junio del 2013.

Yamada, G. (2013b). Lecciones para acreditar la calidad educativa. Publicado en el diario el Comercio el 30 de setiembre del 2013.



[1] Agradezco la eficiente asistencia de investigación de parte de Nelson Oviedo para la redacción de esta reseña, al igual que el valioso apoyo de Pablo Lavado, Juan Francisco Castro, María de los Ángeles Cárdenas, Ricardo Montero, Roberto Asmat, Fernando Mendo y Joan Martinez en la realización de estos estudios a lo largo de esta década.  

Ponte en Carrera

Este 31 de mayo vence el plazo para que las empresas privadas y entidades públicas  ingresen a la planilla electrónica (T-Registro) cuatro datos básicos sobre la situación educativa de su personal: nivel de instrucción, nombre de la carrera e institución de estudios superiores, y año de egreso (es un registro sumamente amigable con menús desplegables y opciones por nombre u orden alfabético).

Estos datos, agregados de manera confidencial y anónima, serán el insumo fundamental para construir el portal “Ponte en Carrera”, nombre del Observatorio Laboral lanzado por los Ministerios de Trabajo y Educación, en alianza con IPAE y colaboración de SUNAT.

Ha tomado una década convencer a todos los involucrados de la necesidad de este observatorio, a fin de mejorar el funcionamiento del sistema de educación superior y el mercado laboral del país. El primer paso fueron los estudios de retornos a la educación superior en el mercado laboral peruano desde el 2004. El segundo su divulgación a través de medios de comunicación. Las posibles “estafas” educativas a la que estaban expuestos muchos jóvenes, que estudian carreras técnicas y universitarias con escasa rentabilidad, fueron noticia en medios escritos y televisivos, por lo menos durante unos días.

Una oportunidad crucial fue CADE 2006 donde planteamos este sistema de información laboral. Su recepción calurosa parecía presagiar una inminente aplicación. Sin embargo, no fue así. El tercer paso fue insistir a través del Consejo Nacional de Educación, sucesivas Comisiones de Empleo, la Comisión de Educación del Congreso y columnas periodísticas. No obstante, nunca se llegaba a concretar la iniciativa. El argumento era siempre la falta de presupuesto, pero también impedía el avance la ausencia de prácticas multisectoriales en el país.

Mientras tanto, el problema parecía agravarse puesto que el número y matrícula de carreras e instituciones de educación superior no cesaban del crecer, al mismo tiempo que los empresarios se quejaban insistentemente del desajuste entre la oferta y la demanda laboral.

Un nuevo impulso se dio con los CADE por la Educación y Ejecutivos en años recientes. Asimismo, las reformas de la legislación universitaria y de institutos superiores, lideradas por el Congresista Mora y el Ministro Saavedra, han abonado en darle urgencia a la medida. Finalmente, se convenció a SUNAT e instancias intermedias de los ministerios sobre la prioridad del esfuerzo, y el Ministro Maurate está comandando actualmente este último esfuerzo de implementación.

Solamente falta que usted, señor empresario y ejecutivo privado y público, ponga su “granito de arena” incorporando la información educativa de sus colaboradores. Más allá de cualquier sanción por incumplimiento, el país y, especialmente, los jóvenes se lo van a agradecer.

Dos datos claves para animarlo a contribuir: dos de cada tres egresados profesionales se arrepiente actualmente de la carrera estudiada y de dónde la ha estudiado. Y cerca de la mitad de empresarios manifiesta dificultades para encontrar personal adecuado.  Estamos convencidos de que un portal como “Ponte en Carrera” ayudará muchísimo a reducir estos dos desajustes presentes en el mercado peruano. Desde aquí exhortamos a todos a colaborar en favor de esta causa nacional.

Artículo publicado en el diario El Comercio el 27 de mayo del 2015.

martes, 12 de mayo de 2015

¿Ingreso a prueba de balas?

El Instituto Nacional de Estadística e Informática reporta mensualmente una buena cantidad de indicadores económicos y sociales de la mayor importancia. Los más conocidos, sin lugar a dudas, son la variación en el Índice de Precios al Consumidor (inflación mensual divulgada el primer día del mes siguiente), y el crecimiento en el Producto Bruto Interno (variación real estimada mes y medio después). 

Junto con las cifras calculadas del PBI se dan a conocer un conjunto de indicadores del mercado laboral de Lima Metropolitana que no siempre sopesamos en su justa dimensión. De ellos, relativamente conocidos son la tasa de desempleo abierto, a la cual se le otorga una menor importancia en un contexto de alta informalidad laboral y ausencia de seguro de desempleo, junto con las “peruanísimas” mediciones de subempleo y, por complemento, el estimado del nivel de empleo adecuado, con todas las limitaciones que este concepto puede acarrear.

Un indicador que pasa algo desapercibido es la evolución de los ingresos promedio mensuales. Este artículo analiza las virtudes relativas de este indicador para explicar una serie de dinámicas en el mercado laboral que bien vale la pena tener en cuenta tanto para los hacedores de política como para el sector privado, que siempre se encuentra atento a las tendencias en sus mercados de bienes y servicios.

El último dato de ingreso promedio mensual corresponde al primer trimestre del 2015 y  se sitúa en 1,588 soles. Lo interesante de este número es que, comparado con aquel del primer trimestre del 2014, representa un 10,2 por ciento de incremento nominal y un significativo 7,4 por ciento de crecimiento real, aun en medio de la desaceleración actual de la economía peruana. Esta cifra supera ampliamente el avance del PBI per cápita que se habría logrado durante el mismo período. ¿Cómo explicar este comportamiento, tan altamente sorprendente como positivo, en medio de numerosos indicadores a la baja de este complicado primer trimestre?

En primer lugar, veamos si este comportamiento es generalizado o corresponde solo a algunos subconjuntos de la población que llevan el promedio hacia arriba. Como se observa en el Cuadro 1, por niveles educativos, todos aumentan sus ingresos reales en 4% o más; por grupos de edad, el ingreso real promedio crece encima de 6%; por sectores económicos, todos mejoran a excepción de la construcción; por tamaño de empresa y género de trabajadores también encontramos un desarrollo similar. En conclusión, se puede hablar de un incremento relativamente uniforme de las remuneraciones reales de la población ocupada en la capital.


En segundo término, podría argumentarse que todo o una buena parte de este crecimiento real observado en la variable se debe a un puro efecto composición: Pudiera ser que, debido a las menores oportunidades laborales como fruto de la desaceleración, han perdido empleos los más jóvenes y menos educados. De esta manera, la composición del 2015 reflejaría una población empleada más educada y con mayor edad en promedio que tiende a ser mejor remunerada. Sin embargo, los promedios de años de educación (12) y edad (36) de la población ocupada remunerada que captura la EPE al nivel de toda Lima Metropolitana han cambiado poco de un año a otro. En todo caso, un ejercicio de descomposición simple indica que no más de dos puntos del incremento remunerativo promedio se deberían a este efecto.

En tercer término, preguntémonos si esta variable, medida mensualmente, no refleja de manera adecuada la compleja realidad de los ingresos laborales en el mercado peruano. Su fuente de información es la Encuesta Permanente de Empleo (EPE) que tiene un tamaño de muestra altamente representativo (se alcanza a 1,600 viviendas mensuales y todas las variables se reportan en acumulados trimestrales móviles). Es decir, incluye información social y económica de trabajadores formales e informales ya que se llega a ellos a través de los hogares. Hemos examinado las preguntas que se realizan para recoger los ingresos y, si bien no son tan desagregadas y minuciosas como las que realiza anualmente la ENAHO, sí cuentan con una estructura similar, por lo que consideramos que recogen un buen estimado de los ingresos mensuales netos. Por último, y más importante quizás para validar la evolución de la variable a través del tiempo, se responde al mismo tipo de cuestionario desde que se empezara a realizar esta encuesta en el 2003, la que se ha llevado a cabo ininterrumpidamente cerca de 150 meses.

Precisamente, si uno revisa la serie histórica -que ya se puede establecer y validar- de esta variable y la compara con la evolución agregada de la economía peruana en los últimos diez años, nota por lo menos tres grandes hechos de interés (ver Gráfico 1).


Primero, el ingreso laboral real promedio se mantuvo estancado desde el 2003 hasta mediados del 2007, a pesar de que la economía y el PBI per cápita habían empezado a crecer importantemente por lo menos desde el 2004. ¿Por qué no subía el ingreso real promedio durante esa primera parte del boom peruano? Posiblemente debido a que había un exceso de oferta de trabajo muy significativo como consecuencia del estancamiento secular de la economía peruana durante varias décadas y, particularmente, como efecto de la última prolongada recesión de la economía peruana entre 1998 y el 2002.

Segundo, el ingreso real promedio empezó a aumentar desde el 2007 y, como se observa, siguió creciendo hasta finales del 2009, a pesar de que la economía peruana se había desacelerado abruptamente un año antes, como resultado de la crisis financiera internacional que empezara en el segundo semestre del 2008. Es decir, pareciera que existe cierta inercia en la fijación de condiciones de contratación en el mercado laboral peruano, el cual reacciona con un retraso de alrededor de 12 meses para ajustarse a los cambios bruscos en las tendencias macroeconómicas.

Tercero, el ingreso real inició una nueva fase de crecimiento desde fines del 2010 que todavía no ha culminado, precisamente, porque aún no se ha terminado de trasladar la desaceleración macroeconómica al mercado laboral. Esta es una buena noticia que, sin embargo, acabaría pronto. Se podría argumentar que el escenario actual es mucho menos dramático que el del 2009, por lo que no debería esperarse una caída en los ingresos reales (de hecho, resulta auspicioso que la pobreza haya seguido disminuyendo en el 2014, tal como lo acaba de revelar el INEI en su informe anual).

No obstante, es urgente que el PBI recupere una mayor tasa de crecimiento, antes de que se empiece a notar una sensación de estancamiento y desaliento en el mercado laboral, que afecte a su vez el crecimiento del consumo dinámico hasta ahora. Por tanto, es necesario poner todos los esfuerzos, desde todos los niveles, para que en el resto del 2015 recuperemos una senda de crecimiento económico cercana al 5 por ciento de potencial peruano.

Autores: Gustavo Yamada y Nelson Oviedo
Articulo publicado en la página oficial de Facebook de la Facultad de Economía y Finanzas de la Universidad del Pacífico. 

Ingresos resistentes

De acuerdo al INEI, el ingreso promedio mensual en Lima Metropolitana durante el primer trimestre del 2015 fue de 1,588 soles. Este número representa un 10% de incremento nominal y 7% de crecimiento real respecto al año anterior, superando ampliamente el avance del PBI per cápita en el mismo período. ¿Cómo explicar este comportamiento, sorprendente y positivo, en medio de numerosos indicadores a la baja?

Este incremento laboral ha sido bastante generalizado: por niveles educativos, todos aumentan sus ingresos reales en 4 por ciento o más; por grupos de edad, el ingreso real promedio crece encima de 6,5 por ciento; por sectores económicos, todos crecen a excepción de construcción; por tamaño de empresa y género de trabajadores también encontramos un desarrollo similar.  

Asimismo, no se trataría de un puro efecto composición pues la estructura de la PEA ocupada remunerada varia poco de un año a otro, en todo caso explicaría no más de dos puntos del incremento. También hay que señalar que la fuente de información (EPE) es representativa y con una serie adecuada de preguntas sobre ingresos de trabajadores formales e informales, ya que se encuesta a hogares. Por último, se responde al mismo  cuestionario desde el 2003, sin interrupción por cerca de 150 meses.

Precisamente, si uno revisa la serie histórica y la compara con la evolución de la economía peruana, nota tres hechos (ver el artículo completo en https://www.facebook.com/EconomiaYFinanzasUP): El ingreso laboral real promedio se mantuvo estancado desde el 2003 hasta mediados del 2007, a pesar de que la economía empezaba a crecer sostenidamente, quizás debido al exceso de oferta de trabajo acumulado como consecuencia del estancamiento económico secular y la última prolongada recesión entre 1998 y el 2002.

El ingreso real promedio comenzó a incrementarse desde el 2007 y siguió creciendo hasta finales del 2009, no obstante que la economía peruana se había desacelerado abruptamente un año antes debido a la crisis financiera internacional. Al parecer, existe cierta inercia en la fijación de condiciones en el mercado laboral peruano, el cual reacciona con un retraso de alrededor de 12 meses para ajustarse a cambios bruscos en la macroeconomía.

El ingreso real inició una nueva fase de crecimiento desde fines del 2010 que todavía no ha culminado, precisamente, porque aún no se ha terminado de trasladar la desaceleración macroeconómica al mercado laboral. Esta es una buena noticia que, sin embargo, acabaría pronto. Se podría argumentar que el escenario actual es mucho menos dramático que el del 2009, por lo que no debería esperarse una caída en los ingresos reales (de hecho, resulta auspicioso que la pobreza haya seguido disminuyendo en el 2014, tal como lo acaba de revelar el INEI en su informe anual).

No obstante, es urgente que el PBI recupere una mayor tasa de crecimiento, antes de que se empiece a notar una sensación de estancamiento y desaliento en el mercado laboral, que afecte a su vez el crecimiento del consumo dinámico hasta ahora. Es necesario poner todos los esfuerzos, desde todos los niveles, para que en el resto del 2015 recuperemos una senda de crecimiento económico cercana al 5 por ciento de potencial peruano.

Publicado en el diario El Comercio el 29 de abril del 2015.

miércoles, 8 de abril de 2015

Gustavo Yamada: "Siempre llevo un Gestión a las clases de Economía"

Especial 25 años de Gestión. El decano de la Facultad de Economía y Finanzas de la Universidad del Pacífico narra cómo impacta el Diario en su carrera.

La prensa económica del Perú llegó hasta la década de los 90 sin una tradición de publicaciones diarias. Unos años antes habían salido al mercado algunas revistas o boletines con información económica, pero poco alcance. Gestión nace el 25 de setiembre de 1990 listo para cubrir la demanda que generaría la nueva coyuntura económica tras el ‘fujishock’.

A propósito del aniversario, el economista Gustavo Yamada comenta cómo el diario ha acompañado la economía nacional y su carrera en estos años.

¿Qué tan necesaria era la información económica en los años 90?
Gestión salió cuando estábamos sufriendo el costo acumulado del mal manejo económico de los 70 y, sobre todo, de la segunda mitad de los 80. Con el ‘fujishock’ saber qué iba a pasar con las finanzas públicas, con el tipo de cambio, etc. era muy importante y, por eso, Gestión se vuelve muy útil. Luego se consolida y acompaña a la economía peruana en las buenas y en las malas.

¿Cuál era la situación previa de la información económica y financiera?
Antes de la aparición de Gestión la información económica financiera era bastante restringida en el Perú. Había que estar suscrito a servicios bastante caros y no había información para los empresarios de pequeña, mediana o gran industria y que pueda ser utilizada por profesionales o estudiantes. Entonces, Gestión cubrió un vacío bien grande.

¿Cómo le resulta útil un diario económico?
Nosotros siempre llevamos un Gestión a las clases de Economía. Y, por ejemplo, yo les pido a mis alumnos analizar las noticias de Gestión para incentivarlos a ver cómo tienen que relacionar la teoría económica con el mundo real.

¿Y en sus investigaciones?
Para medir el impacto de qué tan restrictiva puede ser una legislación laboral en cuanto a la contratación formal se nos ocurrió analizar la publicación de noticias relacionadas la Ley General de Trabajo en Gestión desde el 2001 hasta el 2012.

¿Cómo así?
Hicimos una estadística de la frecuencia diaria, semanal y mensual de las noticias, con su importancia (si habían sido portada o página interior) y medimos su impacto en el ritmo de generación de puestos de trabajos formales.

¿Cuáles fueron los resultados?
Encontramos una relación inversa: mientras más noticias salían, es decir mientras más inminente era aprobación del proyecto, más expectativa negativa se generaba y se reducía la velocidad de contratación formal. Ese es un caso práctico de cómo se usa la información de Gestión en un estudio.

Entrevista realizada por Evelyn Coloma para el diario Gestión. 
Link original y vídeo de la entrevista: http://gestion.pe/economia/gustavo-yamada-siempre-llevo-gestion-clases-economia-2127832

La década de los 90 en la voz de cuatro economistas peruanos

Especial 25 años de Gestión. Roberto Abusada, Gustavo Yamada, Kurt Burneo y Pablo Secada repasan las reformas claves del proceso de estabilización del Perú durante la última década del siglo XX.

El primer número de Gestión salió al mercado el 25 de setiembre de 1990. ¿Qué tan diferente era el Perú en esa época? Hacía casi un mes, el ministro de Economía de entonces, Juan Carlos Hurtado Miller, había anunciado un drástico plan de estabilización conocido como el ‘fujishock’, que junto a otras reformas de mercado en casi toda la economía, cambiaría el desempeño económico del país en los siguientes años. Pues, hasta llegar esta década, el Perú era un ejemplo de mala gestión macroeconómica y de crisis generalizadas.


El PBI nacional se contrajo cuatro veces durante los años 80, el déficit fiscal como porcentaje del PBI llegaba a dos dígitos y las brechas en la cuenta corriente de la balanza de pagos, a cerca del 10%. De igual forma, el crecimiento exponencial de la inflación evidenciaba los problemas: entre 1988 y 1990 se llegó a picos de hiperinflación anual de cuatro dígitos.


Ante un país sin reservas, la única solución era restringir la oferta monetaria y liberar los precios, a pesar de la incertidumbre que generó en ese momento y el impacto sobre las personas con menores recursos. Los precios de los productos de primera necesidad se dispararon, pero con el límite al déficit fiscal y la impresión inorgánica de dinero, la inflación empezó a bajar.

Después, el proceso de reformas para liberar los mercados avanzó muy rápido hasta 1994. Se impulsaron las privatizaciones, la desregulación, la flexibilización del mercado laboral y la reforma de administración tributaria, con efectos que se ven hasta el día de hoy.

¿Fue suficiente? Si bien el Perú mejoró su competitividad durante los años 90, aún hay un camino de reformas pendientes para seguir avanzando. La debilidad de las instituciones, por ejemplo, se mantiene como uno de los principales riesgos del panorama nacional que limitan su acercamiento a las grandes ligas del desarrollo.

Link original y de la entrevista: http://gestion.pe/economia/decada-90-voz-cuatro-economistas-peruanos-2127066

Evaluaciones de Impacto

Hace unas semanas tuvimos a Paul Gertler, experto mundial en evaluación de impacto, en un taller internacional con énfasis en proyectos de agua y saneamiento, gracias a una cooperación entre Banco Mundial, BID, GRADE y Universidad del Pacífico.

La evaluación de impacto es una metodología cada vez más usada para identificar los efectos causales de programas de desarrollo, aislándolos de otras variables que hayan podido influir sobre indicadores objetivo. Por ejemplo, cuando hace casi dos décadas iniciáramos ProJoven, programa que combina formación técnica de jóvenes pobres en aula con práctica laboral en empresas, incorporamos la evaluación de impacto como parte esencial de su diseño.

No bastaba mostrar que los jóvenes beneficiados incrementaban su empleabilidad e  ingresos al finalizar el programa. Una buena parte o, quizás, todo el efecto positivo podía deberse al mejoramiento de la economía, maduración de los jóvenes, o su mayor conocimiento del mercado laboral, entre otras razones.

Para aislar el efecto causal de la intervención, la evaluación necesitaba en una primera etapa medir la situación antes del programa (llamada línea de base) tanto de jóvenes que serían beneficiarios, como de otros jóvenes lo más similares posibles pero que no se beneficiarían del mismo (conocidos como grupo de control).

La segunda parte fue la valoración final del proceso (digamos a los 6, 12 y 18 meses de egresados de ProJoven) midiendo nuevamente la situación laboral de ambos grupos, para así establecer si los cambios observados en el grupo tratado superaban a los ocurridos en el grupo de control.

Los reiterados impactos positivos encontrados en Projoven sería una de las razones de su permanencia en el tiempo. Esta es una ventaja de las evaluaciones de impacto: puede ayudar a consolidar programas eficaces o a desmontar aquellos con impactos nulos o insuficientes.

¿Es costosa una evaluación de impacto? En un balance realizado hasta el 2005, encontramos con Patricia Pérez que podía significar menos de 1% del presupuesto de un proyecto grande y entre 2 a 4% en un proyecto piloto. Vale la pena destinar estos recursos para asegurarse que el dinero público está bien invertido. Salvo que, como indicara el Profesor Gertler, exista suficiente evidencia internacional acumulada que demuestre que la intervención es positiva en todas las circunstancias.

En el caso de programas innovadores con escasa evidencia es importante contar con una unidad de evaluaciones de impacto. Esto es lo que están realizando crecientemente los sectores Educación, MEF, MIDIS, Salud y Vivienda, lo cual contribuirá a asegurar que los buenos proyectos se conviertan en políticas de estado permanentes.

Una observación técnica que se suele hacer a esta metodología es que no puede salvar enteramente los problemas de construcción de grupos de control adecuados. La situación ideal es la asignación aleatoria de beneficiarios del programa pero este esquema puede ser inviable en la práctica.

Esta dificultad se puede solucionar aprovechando implementaciones progresivas de  programas, tal como se hizo con PROGRESA en México, o considerando situaciones de sorteo socialmente aceptadas, como ocurre con el exceso de demanda por vacantes de alumnos en algunos colegios de Fe y Alegría en nuestro país. El análisis de esta experiencia será materia de una próxima columna con Pablo Lavado.

Publicado en el diario El Comercio el 1 de abril del 2015.