Beta
es la segunda letra del alfabeto griego, importante innovación (fue el primer
conjunto ordenado y completo de letras en la historia) de la nación que hoy
sufre una de sus peores crisis, debido al desastroso manejo económico en las
últimas décadas.
Beta
se utiliza universalmente como símbolo en diferentes disciplinas como la estadística,
economía y finanzas. Suele representar el coeficiente de una regresión que mide
la influencia de una variable sobre otra (por ejemplo, el efecto del nivel de
ingreso disponible sobre las cantidades de consumo agregado o de productos
específicos). En el campo financiero, Beta mide la volatilidad del precio de
acciones específicas en relación a la variabilidad del valor promedio de todas las
acciones.
En
esta columna, proponemos utilizar la letra BETA en el campo educativo laboral: como
un acrónimo de la Brecha entre la Educación y Trabajo Actual, sobretodo a nivel
profesional y técnico. Esta situación
puede haber existido desde hace mucho en nuestro país, pues las universidades e
institutos no siempre se conectan con las empresas y organizaciones para captar
sus demandas de personal y adecuar sus contenidos formativos. Sin embargo, la
brecha parece haberse agudizado en los últimos tiempos.
Algunas
razones detrás: las necesidades de las empresas y organizaciones están
cambiando mucho más rápido en estos tiempos, donde la única constante es el
cambio acelerado, mientras que las ofertas de educación superior resultan ser en
muchos casos inerciales y estar cada vez más rezagadas. Por otro lado, la
cantidad de instituciones y universidades ha crecido enormemente, pero con alta
heterogeneidad en calidad y pertinencia, incrementando la posibilidad de brechas
a nivel individual y agregado.
En
un reciente estudio publicado en el portal de “IZA World of Labor” (bit.do/IZA-Yamada),
analizamos de manera comparativa la prevalencia de este fenómeno a nivel
mundial. Encontramos similitudes en la dirección del boom, pero diferencias en cuanto
a resultados y la forma cómo las políticas públicas atienden las asimetrías de
información y el aseguramiento de la calidad, con el fin de amenguar el
subempleo y la sobreeducación profesional.
En
este sentido, finalmente en el Perú se ha empezado a hacer realidad un sistema
de información educativa laboral que coadyuve a reducir esta BETA para
beneficio de los jóvenes y todo el país. Ayer martes 21 se lanzó la primera
etapa del observatorio “Ponte en Carrera.pe”, iniciativa conjunta del
Ministerio de Educación, Ministerio de Trabajo e IPAE, que permite por primera
vez conocer de manera fidedigna las remuneraciones promedio por carrera e
institución de egreso en el país.
Publicado en el diario El Comercio el 22 de julio del 2015.
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