miércoles, 11 de diciembre de 2013

PISA nos pide prisa

Partamos por el principio de que las competencias adecuadas en comprensión lectora, matemáticas y ciencias no son los únicos objetivos que debe perseguir una educación de calidad. La formación de buenas personas y ciudadanos socialmente responsables son fines igualmente importantes. Sin embargo, un joven peruano del siglo XXI carente de una capacidad mínima de comprender e interpretar textos,o de aplicar razonamientos matemáticos y principios científicos básicos a la vida diaria, tendrá muy pocas oportunidades de éxito en la vida y será para todo fin práctico un “analfabeto funcional”.

Los últimos resultados de la prueba PISA 2012 desnudan esta cruda realidad. No podemos aspirar a ser un país desarrollado,que descanse en ciudadanos plenamente productivos, con estos índices lamentables de aprendizaje. Es correcta y valiente la decisión de seguir participando en la prueba PISA y compararnos con otros 65 países que ya están en elevados niveles de desarrollo o que aspiran a lograrlo en un futuro cercano.Nuestra ubicación al fondo de la tabla confirma que todavía estamos muy lejos de lograr que nuestro capital humano sea una ventaja competitiva para el país.

PISA nos debe permitir también comparar nuestros resultados en el tiempo y evaluar si estamos mejorando a un ritmo suficiente como para alcanzar estándares educativos razonables en las próximas décadas. Al respecto, de manera consistente con las tendencias observadas en las pruebas de segundo grado, mejoramos en comprensión lectora (de 327 puntos en promedio en 2001 a 384 puntos en 2012), pero a un ritmo claramente insuficiente (sólo 1.5% promedio anual), pero no hacemos un ápice de progreso en matemáticas (seguimos alrededor de 370 puntos promedio). Este estancamiento es peligroso porque nos condena a una sociedad que solo puede ser buena en actividades básicas de extracción de recursos, pero que carece de habilidades para darle valor agregado a la producción de bienes y servicios competitivos internacionalmente.


¿Cómo salir de este estancamiento? Dos estrategias cruciales aplicadas en los países de más alto rendimiento educativo y los que más mejoraron fueron: 1) captar a los jóvenes más talentosos para ser mejores profesores,y reconvertir a los actuales con mayor capacitación en mejores metodologías de enseñanza;2) mayor acompañamiento por parte de especialistas tanto a los docentes en el aula, para identificar oportunidades de mejora, como a los alumnos que empiezan a quedarse atrás, a través de talleres de reforzamiento en horas adicionales de trabajo escolar. 

Publicado el 9 de Diciembre del 2013 en El Comercio

Alicante alicaída

Estuve en octubre por una semana de labores académicas en la denominada “Costa Blanca” de España frente al mar Mediterráneo (gran fuente de inspiración para trabajar, pero gran tentación para, por el contrario, ¡dejar de trabajar!). Alicante es la quinta ciudad más poblada de España y tiene una milenaria historia. Es preciosa, pero sufre todos los males actuales de la Península Ibérica. Su tasa de desempleo en el tercer trimestre del 2013 fue de 27.3%,por encima del paro total español de 26.0%.   

¿Ha mejorado la situación de España desde que fuimos a Galicia y Madrid el año pasado? Muy poco. Todavía se encuentra en plena fase de estabilización económica. Se han tenido que efectuar dolorosos recortes en sueldos y cuentas fiscales. Los mercados financieros, los organismos internacionales y el propio sentido común no daban otra alternativa. Es loable que todos estos ajustes estén ocurriendo sin una crisis mayor en el sistema democrático. Las rentas salariales han caído hasta en 8.5%, mientras que la prima de riesgo, que es la única variable que ha mejorado significativamente, ha bajado de un máximo de 600 puntos que encontramos hace un año a menos de 250 puntos en la actualidad.

El libro Todo lo que era sólido de Alonso Molina, reciente Premio Príncipe de Asturias, da una perspectiva histórica impresionante a la realidad actual española. Se sobre dimensionó mucho el tamaño del Estado en todos sus niveles y no hubo evaluaciones de factibilidad económica y social que justificaran muchos proyectos financiados con recursos baratos y una ilusión de que todo era sólido. La corrupción también tuvo terreno fácil en esta “fiesta inolvidable” que parecía interminable por la cantidad fácil de recursos que la alimentaba.

Visitamos la Ciudad de las Artes y Ciencias de Valencia que costó 1,500 millones de euros, pero que luego de 15 años de inaugurada solo ha recaudado 800 millones. Estuvimos varias veces, voluntaria e involuntariamente, en el Aeropuerto de Barajas, cuya ampliación ha costado 6,000 millones de euros (con sistemas de trenes internos subterráneos para desplazarse entre terminales), pero que se observa permanentemente semivacío a distintas horas y en distintos días. 

Sin embargo, como me decía un catedrático español, las cosas están peor que hace cinco años pero mucho mejor que hace 25 años. Creo haber percibido una diferencia generacional importante en esta crisis: los mayores de 45 no se sorprenden de estos años difíciles y están resignados a pasarlos echándoles la culpa a todos los políticos ineptos y corruptos. Son los jóvenes los más fastidiados porque es la primera vez en sus vidas que viven una crisis (no obstante, tienen al fútbol profesional de más alto nivel en el mundo, el sistema universitario público y la casa de los padres como suerte de “antídotos”para superar estos años complicados).

Algunas cifras económicas españolas empiezan a dejar el terreno negativo (el PBI creció por primera vez en tres años un 0.1% en el tercer trimestre), pero salir de esta crisis estructural tiene para largo: según estimados del FMI, la tasa de desempleo española seguiría alrededor del 25% hasta el 2017. El subempleo, la economía informal (“sumergida” como la llaman los españoles) y las redes familiares de protección son y serán los mecanismos de defensa para sobrevivir en estos malos años,desafortunadamente necesarios, para que España salga fortalecida y competitiva.  


Publicado en El Comercio el 11 de Diciembre del 2013

jueves, 14 de noviembre de 2013

“Alemania: Las buenas y no tan buenas noticias”

Gracias a la cooperación oficial alemana, pude pasar unos días en la tierra teutona y aprender mucho sobre su economía y sociedad actual. Definitivamente, la coyuntura económica alemana no es de crisis, sino de prácticamente pleno empleo (su tasa de desempleo nacional es de 5 por ciento y ciudades como Trier o Frigurgo tienen menos de 3 por ciento de desempleo).

Se trata de una sociedad donde el transporte público funciona a la perfección, pero donde resulta un buen gustito tomarse un taxi (¡todos los taxis son autos Mercedes Benz del año!). Caminamos durante un viernes por la tarde en un centro comercial regional de ropas de marca, como Versace y Armani, y las clásicas alemanas Adidas y Puma. Estaba bastante lleno de despreocupados alemanes dispuestos a comprar de todo y a todo precio.

La innovación alemana está por todas partes. Visitamos un centro líder mundial en micro y nano materiales,  dentro de una universidad regional, que hace investigaciones conjuntas con Bosch y Siemens, financiados de manera competitiva por el sector público alemán a nivel federal y estatal. En la vida diaria, podemos citar otro ejemplo: los baños públicos tienen excusados ¡con tapas que giran automáticamente 180 grados para ser absolutamente desinfectados en cada uso!

Pero hay noticias que no son tan buenas. Hace ocho años que la población alemana está disminuyendo, lo cual impone un límite severo a su crecimiento económico de largo plazo, tanto por razones de fuerza laboral como de mercado interno de consumo. Por ejemplo, en las calles y parques de las ciudades alemanas se ven más parejas con mascotas que con niños. De hecho, no es casualidad que los centros comerciales carezcan de tiendas de juguetes.     

Asimismo, a pesar de ser la cuarta economía del mundo y primera de Europa, solo tiene cuatro universidades entre las cien primeras del mundo en los rankings internacionales. Se supone que tratándose de la única potencia desarrollada que no tiene una crisis presupuestal, debería poder invertir más recursos en lograr un mayor liderazgo en investigación de talla mundial.  

Por otro lado, hay presión social y necesidad de que una mayor proporción de habitantes acceda y culmine la educación universitaria. Esto implica acceso no solo a las grandes y reconocidas universidades de investigación, sino a otros modelos de universidades de ciencias más aplicadas. El debate actual es si es que estos títulos pueden ser comparables a los tradicionales de mayor contenido académico y si pueden conducir a maestrías y doctorados.

Por último, un dato sorprendente que puede tener un origen histórico valioso para el desarrollo industrial de Alemania, pero que podría revisarse ahora, es la decisiva decisión sobre el futuro laboral de los niños recién acabada la educación primaria. Dependiendo de las aptitudes y desempeño mostrados por los niños en la primaria, se les destina a una educación secundaria y superior académica, o a una formación vocacional orientada al trabajo técnico. Parecería muy restrictivo bloquear el potencial acceso a la universidad u a otro tipo de institución superior a chicos desde tan temprana etapa de sus vidas. Sabemos que muchos jóvenes (y hasta adultos) talentosos recién descubren su verdadera vocación profesional bastante tarde en sus vidas, por lo que no tiene sentido que el sistema lo haya definido todo antes de iniciada la adolescencia. 

Publicado en El Comercio el 5 de Noviembre del 2013

jueves, 7 de noviembre de 2013

Del barrio de El Porvenir a decano en la Universidad del Pacífico

El economista Gustavo Yamada contó su historia de superación y esfuerzo en una entrevista para Posdata

JUAN AURELIO ARÉVALO
Tengo 50 años. Estudié la primaria en el colegio nacional 441 Javier Prado y la secundaria en el Felipe Santiago Salaverry. Soy hincha de Alianza, pero siempre he sido un mal futbolista. Tengo una linda esposa y dos hijos. ¿Mi mayor virtud? La perseverancia y lo que los psicólogos llaman resiliencia. ¿Mi peor defecto? Me hubiese gustado ser más integral: ser un buen deportista, tocar un instrumento. Después de almuerzo entro a You Tube y, por 10 minutos, escucho música clásica. Estoy aprendiendo a escucharla.
Lo primero que se le viene a Gustavo Yamada a la mente al recordar El Porvenir es la bodega de su padre. “Yo veía entrar a todo tipo de consumidores y de familias. La austera modelo, la grande, los migrantes de primera generación de la sierra, los de origen afroperuano. Ese crisol de muchas razas también lo viví en el colegio”.

— Así que de niño ya iba diferenciando a distintos grupos…
Creo que la curiosidad académica nació ahí. De chico me gustaba devorar libros y observar. Ese contexto de transacciones me fue llevando a interesarme por la economía, pero lo que me terminó de animar fue ver al ministro Silva Ruete en televisión.
Me parecía importante lo que discutía. Sus decisiones afectaban el manejo diario de la economía familiar.
— Me imagino que su paso de un colegio público a una universidad privada fue complicado…
Definitivamente fue el momento decisivo de mi vida. Yo creo que la primaria fue bastante razonable en términos de calidad, pero en secundaria sí encontré un bache bien fuerte. Tanto en la empatía de los profesores con los muchachos como en la capacidad de transmisión de conocimientos. En cuarto y quinto de media tuve meses enteros sin ir al colegio por huelgas del Sutep. Yo me relajé en la secundaria. Además, en ese tipo de barrios la imagen de chancón no es popular.

— ¿Se sentía excluido?
Cuesta integrarse. A ver… vives en La Victoria y eres pésimo futbolista, chancón y no eres muy atractivo físicamente. ¿Qué haces? A mí me ayudó la música. Me aprendía las letras de canciones, tenía mi radio a pilas…

— Felizmente no le cayó Apdayc…
¡No! [risas] Yo tenía claro que debía intentar ser número uno del colegio porque tenía acceso asegurado o preferencial tanto a la universidad privada como a la pública. Mis opciones eran San Marcos o la Villarreal. Pero tenía un tío que enseñaba por horas en la de Lima. Era contador, el que más había progresado en la familia, y él le dijo a mi papá que hiciera el esfuerzo para que yo fuera a la Pacífico o a la Católica.

— ¿Y qué dijo su padre?
Yo soy el mayor de cinco hermanos. Mi madre murió cuando tenía 14. Era un esfuerzo muy grande, pero mi papá dijo: “Lo voy a hacer, pero probemos el primer año. Si no alcanza la plata, irás a una universidad nacional”. Y así vine a la Pacífico. Salaverry 2020. Primera vez por estos barrios. Luego mi tío se enteró de que la Agencia de Cooperación Internacional del Japón (JICA) había destinado un fondo para que los hijos de migrantes pudieran estudiar y eso me aseguró terminar la universidad.

— En marzo escribió un artículo sobre cinco hábitos para brillar en la vida. El último era cuestionarse constantemente lo aprendido…
Sí. Yo recuerdo que en la universidad me era muy difícil preguntar, intervenir. Yo tenía al costado a chicos del Santa María, de Inmaculada, pero logré esa actitud. Yo siempre le pregunto a mis alumnos: “¿Cómo hacen para diferenciarse de Google?”. Tienes que tener esa capacidad reflexiva, inquisidora. Preguntarte qué tal si esto no es verdad.

— Y de lo que ha investigado, ¿qué dato lo ha hecho cuestionarse, decirse a Ud. mismo: no puede ser?
Por ejemplo: hay preguntas que internacionalmente se han validado para medir lo que debería saber un niño al final del segundo grado. Una es: hay una caja con 25 bolitas, rojas y azules. Si 13 bolitas son rojas, ¿cuántas son azules? Esa pregunta solo el 13% de los chicos en el Perú la pueden responder correctamente. Eso a mí me frustra bastante. En Corea y Finlandia es el 99%.

— ¿Y qué será de ese niño después?
Si esos chicos tienen 8 años, de aquí a 10 una buena parte entrará a la fuerza laboral en un mundo donde todo es lectura y comprensión. Lo más probable es que si en segundo grado no podían hacerlo bien, la tendencia es empeorar. Y esa es la fuerza laboral futura del Perú. Frustra, pero me anima a seguir investigando estos temas porque nos estamos jugando el desarrollo del Perú.

— Para ese niño de la bodega, que se convirtió en viceministro de Promoción Social y hoy es decano de Economía de la Pacífico, ¿cuál ha sido la mayor lección en la vida?
Hay un tema fundamental: tiene que haber más igualdad de oportunidades. En mi caso el esfuerzo y el talento me ayudó, pero qué hubiera pasado si no tenía a ese tío que me aconsejó o si mi padre no hubiese tenido esa bodega que le permitió distraer algún tipo de capital en la educación. O si no hubiese sido nikkéi. Ahora hay un poco más de oportunidades con Beca 18, pero las probabilidades que ocurra lo mismo que me pasó a mí son muy pequeñas para una gran mayoría. En todas las sociedades que han avanzado, el desarrollo de la educación ha sido clave. Te posibilita crecer y da legitimidad a la movilidad social. Llegas a cierto lugar porque te esforzaste, porque ‘chancaste’. Yo creo que no se trata de igualar los ingresos sino igualar las oportunidades. Las diferencias son legítimas y necesarias porque dan sentido a que te esfuerces.

— ¿Y por su esfuerzo lo veremos pronto en el directorio del BCR?
Quién sabe. Si hay un relativo consenso en las candidaturas, sí voy a colaborar. Pero no me quita el sueño.

Publicado por El Comercio el 25 de Octubre del 2013

miércoles, 16 de octubre de 2013

Conexiones Disfuncionales

Estuve en Alemania y España invitado por la cooperación alemana para un excelente curso dirigido especialmente a decanos de América Latina.  Pero llegar a la germana Saarbrucken resultó una verdadera pesadilla, perdiéndome el primer día entero del curso. Dado que no hay vuelos directos a Alemania desde Lima (necesarísimos, pues se trata de la primera potencia europea y cuarta en el mundo), me ofrecieron un vuelo en Avianca hasta Bogotá con conexión Bogotá-Frankfurt por Lufthansa (itinerario supuestamente muy eficiente por ser ambos parte de Star Alliance).

Sin embargo, perdimos la conexión en Bogotá, a pesar del buen clima. Estuvimos en Lima dentro del avión sin despegar por más de media hora sin explicación ¿Demasiado tráfico en la única pista del Jorge Chávez? Llegamos a Bogotá y también  demoramos más de 15 minutos para parquear, pero nos indicaron a los pasajeros destinados a Frankfurt que el otro avión nos esperaría. ¡Qué frustración ver el otro avión cerrado, aunque faltaban 10 minutos para su despegue!

La verdadera pesadilla recién empezaba. Prometieron ubicarnos en el siguiente vuelo: ya no directo a Alemania sino con Avianca a Madrid, conectando a Frankfurt por Iberia. Nos mandaron a dormir por la noche a un hotel. Al día siguiente, nos enteramos en el aeropuerto que Avianca iba retrasada, por lo que no era posible la conexión con Iberia sino que una posterior con Lufthansa. Finalmente “cruzamos el charco” pero al llegar al counter de Lufthansa en Madrid, nos dijeron que no teníamos boletos para la conexión porque Avianca solo había hecho reservas desde Bogotá. La aeromoza alemana llamó tres veces a Avianca para que emitieran el boleto sin éxito. Tuvimos que regresar al nuevo terminal de Barajas y exigir a Avianca que emitieran el boleto, ir nuevamente al viejo terminal de Barajas para finalmente poder abordar el vuelo a Frankfurt. ¡Llegamos a Alemania 23 horas después de lo programado!

¿Qué lecciones extraer de esta experiencia? Para las  aerolíneas y agencias de viaje: no vender vuelos con tan poco tiempo de conexión (una hora quince minutos) o informar, obligatoriamente, que existe el riesgo de perder la conexión a cuenta del pasajero. De acuerdo a estadísticas recientes, 25% de vuelos tienen más de 15 minutos de atraso y seguramente Lima y Bogotá tienen retrasos mayores.

Tener un protocolo obligatorio de manejo de casos de pérdidas de conexiones internacionales, empezando por el buen trato al cliente frustrado, así como asegurar que las siguientes aerolíneas en la cadena tendrán todos los procedimientos en regla para aminorar los costos para el sufrido pasajero.

Los pasajeros deben considerar tres potenciales costos cuando compran tickets con estas conexiones disfuncionales: psicológico, por las incertidumbres y molestias hasta llegar al destino final; físico, pues son agotadores los ajetreos y cargas entre diversos e inmensos aeropuertos, migraciones y aduanas; y el famoso costo de oportunidad, por todo lo que se deja de hacer en ese día esfumado. La estrategia sugerida aquí es la minimización de pérdidas: llevar siempre en el equipaje de mano varios buenos libros o un dispositivo electrónico para leer mucho (en parte de trabajo, pero en parte de placer, a fin de reducir el estrés acumulado) o terminar viendo todas las películas (buenas y malas) que se ofrecen en los aviones. 

Publicado en El Comercio el 16 de Octubre del 2013.

Lecciones para acreditar la calidad educativa

Una educación superior de calidad es un requisito indispensable para el desarrollo. Todas las instituciones de educación superior (IES), universidades e institutos, deben formar con calidad y pertinencia a los jóvenes que se harán cargo del aparato productivo. Y un grupo importante de IES tiene que generar nuevo conocimiento al servicio de la competitividad del Perú. Algunos indicadores clave de calidad no son alentadores: el subempleo se incrementó a más de un tercio de profesionales, a pesar del auge económico, y 63% de egresados se arrepiente de la institución o carrera estudiada.

Una fórmula para incentivar la calidad de las IES son los procesos de acreditación que revelan el nivel de cumplimiento del servicio educativo. Un libro reciente auspiciado por la Universidad del Pacífico y CONEAU (consejo para la acreditación de la calidad universitaria en el país) recopila experiencias útiles de acreditación a nivel universitario y técnico, nacionales e internacionales, que pueden servir para los esfuerzos actuales en nuestro país. A continuación, algunas de las principales lecciones aprendidas:
  1.  Cada IES debe priorizar algunas acciones y pensar en sus procesos de mejora continua como inversiones a largo plazo. La lección es “menos es más”: concentrarse en dos o tres temas -como la calidad docente y su producción académica, aprendizajes de los estudiantes, o internacionalización, y considerarlos estratégicos para mejorarlos.
  2. Es clave el involucramiento de las máximas autoridades de la IES para dar la visibilidad necesaria y expandir la acreditación a toda la institución. Condiciones previas para un proceso exitoso son: la existencia de una cultura de calidad en la IES, clara orientación a los usuarios, articulación efectiva con empresas y egresados, y fortaleza de la organización.
  3. Evitar definir la acreditación exclusivamente sobre indicadores formales o cuantitativos, pues existe el riesgo de que se satisfagan únicamente con respuestas formales. El sistema debe verificar que existe un compromiso real de la IES con la calidad.
  4. Los organismos de aseguramiento de la calidad tienen que desarrollar capacidad de aprendizaje: atendiendo a opiniones de instituciones, evaluadores, empleadores, definiciones de política y condiciones del medio social. 
  5. Hay dos prioridades para fortalecer la acreditación en el país: un sistema de información laboral, largamente reclamado para aumentar la demanda por calidad de todos los actores; y un fondo de estímulo para la calidad, a fin de acelerar los procesos de mejora de calidad, como se ha hecho en otros países de la región.
  6. En las IES de talla mundial hay tres factores para el éxito: (i) concentración de talento (docente y estudiantil); (ii) financiamiento suficiente (generalmente una mezcla de recursos públicos y privados); y, (iii) gobernanza favorable (autonomía suficiente pero con rendición de cuentas, y mucho liderazgo). 
Es tiempo de acelerar el paso en este complejo pero gratificante mundo de la calidad de la educación superior si es que no queremos perder nuevamente el tren del desarrollo.
 
Publicado en El Comercio el 30 de Setiembre del 2013


miércoles, 18 de septiembre de 2013

La alternancia educativa es una buena alternativa

¿Cómo brindar una educación de calidad a cientos de miles de niños y adolescentes que viven en las zonas rurales más pobres y dispersas de la Selva y Sierra de nuestro país? El desafío implica enfrentar la difícil geografía peruana, la escasez de recursos presupuestarios, el mayor costo de cualquier intervención eficaz en dicho contexto, y la aspiración de brindar igualdad de oportunidades a todos los peruanos.

En primaria, las soluciones “realistas” han sido las escuelas unidocentes y multigrado. En ellas, un mismo profesor se hace cargo de varios grados en un solo ambiente, pobremente equipado, sufriendo los extremos de frío y calor del país. Es una situación lamentable que hay que superar sino queremos otra generación atrapada en la pobreza.

Sin embargo, la situación ideal no pasa necesariamente por contar con aulas y profesores distintos para cada grado. En muchos casos, la población objetivo se reduciría a menos de 10 alumnos porambiente. Un lujo que ni los países desarrollados se dan. La estrategia válida sería secciones separadas sise supera dicho umbral y, en los demás casos, escuelas multigrado repotenciadas con redes de docentes especialmente calificados y un buen sistema de acompañamiento a cargo de especialistas que visiten cada escuela quincenalmente.

En secundaria, no sería aconsejable un modelo multigrado por caserío debido al mayor nivel de especialización docente infraestructura requerido. También sería impensable que los adolescentes se trasladen a diario, por ríos o caminos extenuantes, para asistir a una escuela polidocente que les quedaría a distancias extremas. En este contexto la educación en alternancia es una alternativa de calidad.

Cada escuela secundaria de alternancia podría atender a una decena de caseríos bajo un sistema de semi-internado: hasta un centenar de estudiantes alternaría 15 días, estudiando y viviendo en la escuela, y 15 días, aplicando lo aprendido en el hogar. Un día típico incluye: lecturas previas al desayuno, proyectos grupales en las mañanas, talleres académicos en las tardes, y tertulias de discusión en las noches. Recientemente conocimos experiencias en Loreto y Ayacucho que cuentan con huertos productivos y ejemplares ambientes de aprendizaje vivencial.

Elementos para que este modelo funcione son: apoyo de autoridades locales y nacionales, para asegurar la alimentación completa de los chicos,  mantenimiento de  servicios básicos e infraestructura del centro, compromiso de las familias con el proyecto, vinculación con programas de desarrollo económico regional, y provisión de maestros bien preparados en lo académico, productivo y socio-emocional, porque fungen de segundos padres en la escuela.

Ya existen 54 Centros Rurales de Formación en Alternancia (CRFA) en Perú, muchos de ellos con resultados promisorios gracias a fundaciones y personas muy comprometidas. Es el momento de apuntalar los factores esenciales de este modelo para replicarlo en donde sea necesario.

En el caso de las zonas urbanas pobres, la alternativa es otra: la formación secundaria de variante técnica, que debe rescatarse, para que los jóvenes puedan acceder a un primer empleo contando con una secundaria completa fortalecida. En esta variante, los alumnos alternarían períodos de educación general en el aula, con períodos de formación técnica en Centros de Educación Técnica Productiva (CETPRO) locales, que tienen que ser repotenciados, de acuerdo a las necesidades productivas de las regiones del país.


Publicado en El Comercio el 15 de Setiembre del 2013

jueves, 29 de agosto de 2013

Contribución a la educación técnica

Hace un año, en la sección económica de este mismo diario, relatábamos el exitoso caso del Colegio Fe y Alegría (CFA) 58 en Jicamarca, una zona de pobreza extrema cercana a la capital. Allí, cerca del 80% de niños logran todos los aprendizajes esperados en comprensión lectora y matemáticas, superando números alcanzados por colegios de clase media-alta del país. Resaltábamos como elementos centrales del éxito del CFA 58: el liderazgo de su directora, quien selecciona cuidadosamente a los maestros públicos no sólo por su capacidad de enseñanza, sino por su personalidad y empatía con la niñez; el clima institucional extraordinariamente acogedor; y muchas estrategias creativas, como los coloridos brazaletes, que lucen orgullosos los niños luego de centenares de lecturas voluntarias.

Pero Fe y Alegría también cree y practica la formación técnico-vocacional para que los jóvenes puedan emplearse al terminar la educación secundaria, si así lo necesitan. Los talleres de capacitación técnica de FYA privilegian decisiones vocacionales informadas en especialidades desarrolladas paralelamente a los estudios generales. Durante el primero y segundo de secundaria, los alumnos rotan por diversos talleres de modo que estén familiarizados con cada opción laboral, con sus procesos productivos, y puedan elegir el taller de especialización posterior cursado durante los tres últimos años de secundaria.

Las especialidades elegidas son dictadas no solo por la demanda estudiantil, sino en función al tejido productivo local. Los talleres se asocian a 19 opciones laborales como carpintería, electricidad, industria textil y vestimenta, aula-empresa (asociado a emprendimientos), industrias alimentarias, actividad agropecuaria, artesanía, computación, música, joyería, tejido-bordado, y mecánica.

El entrenamiento en cada taller demanda un equipamiento adecuado y personal docente con experiencia en actividades técnicas, los cuales no siempre están disponibles en las instalaciones de los colegios FYA. En estos casos, se trabaja en coordinación con cuatro Institutos Superiores Tecnológicos (presentes en Ayacucho, Amazonas y Lima)  y tres Centros de Especialización Técnico Productiva (todos en Lima) que se encuentran bajo la administración de FYA. Por último, las capacitaciones son reconocidas con un diploma con mención en la especialización elegida, el cual es otorgado por la organización FYA al finalizar la secundaria.


Hace décadas que, en la práctica, la educación secundaria peruana abandonó la formación técnica de sus estudiantes. Es urgente retomarla, en nombre de la educación pertinente e inclusión social y productiva, replicando muchas de las buenas prácticas de Fe y Alegría, también en este nivel educativo.

Publicado en El Comercio el 26 de Agosto del 2013.

jueves, 22 de agosto de 2013

¿Se acabó la crisis en Estados Unidos?

Regresé después de algunos años a la capital de Estados Unidos y fue una buena oportunidad para auscultar de cerca la situación de su economía y mercado laboral. ¿Encontré una crisis generalizada en Washington? En realidad, no: pude observar numerosas obras de construcción de nuevos departamentos, remodelaciones de edificios clásicos y trabajos de mantenimiento de grandes monumentos (el contraste con una Europa casi paralizada fue bastante fuerte).

Las estadísticas muestran que la cantidad de turistas que visitan los atractivos históricos y culturales de la ciudad –alrededor de 18 millones anuales, se ha estado incrementando (habían chinos “como cancha” que, en la práctica, han reemplazado a las masas de turistas europeos y japoneses que se solía ver décadas atrás).

Uno de mis termómetros fue que no divisé muchos “homeless” (vagabundos sin hogar) en las estaciones de metro, como en otros tiempos difíciles. De hecho, la tasa de desempleo del área metropolitana de Washington está actualmente en 6.0%, cerca de su nivel de largo plazo y por debajo del promedio nacional de 7.4%.

¿Por qué no se ha notado con fuerza la mayor crisis americana de la postguerra en su capital? Mis colegas allá indican que la ciudad fue rápida beneficiaria de las políticas ultra expansivas federales de los últimos años. Más bien, los recortes automáticos de gastos que se vienen en el denominado “secuestro fiscal” sí podrían afectar a los servicios públicos en los próximos trimestres.

Haber echado mano excesivamente de estos instrumentos contra-cíclicos habría sido la única opción en el 2008-2009, pero su exageración puede haber generado una burbuja de complacencia, que ha olvidado atender factores críticos para la productividad americana como son: la heterogénea calidad de su educación y capacitación laboral, la excesiva carga de los costos de salud, la desaceleración en el ritmo de innovación y reconversión industrial, la pesada regulación estatal, entre otros.

Por ejemplo, el Washington Post (que hoy luce mucho menos atractivo que sus versiones digitales y que ojalá Jeff Bezos pueda relanzar), reseñaba la semana pasada el caso de Detroit, ciudad símbolo de la industria automovilística norteamericana, que se ha declarado en quiebra hace poco. A diferencia de otras ciudades como Pittsburg o Los Ángeles, no ha podido relanzarse con otros sectores competitivos, y tiene ahora la mitad de fuerza laboral que hace tres décadas y un desempleo de dos dígitos.

Otro elemento aleccionador: visité un grandioso museo postal, pero por más esfuerzos en automatización realizados, la empresa pública de correos perdió 16 mil millones de dólares el año pasado. Es evidente que en un mundo de correos electrónicos generalizados a costo cero, las cartas físicas y estampillas solo son piezas de colección para museos, y no se puede seguir sosteniendo una industria de manera artificial.

En conclusión, la lenta recuperación americana está en marcha, pero su ritmo no es suficiente para muchas ciudades, estados y actividades postradas en crisis estructurales por décadas. El mundo necesita de un Estados Unidos que crezca vigorosamente, pues aún es la economía más grande del planeta y los países emergentes andamos desacelerándonos, pero parece que los políticos de Washington y sus entrampamientos, también allí, detienen un progreso mayor.


 Publicado en El Comercio el 21 de Agosto del 2013

jueves, 25 de julio de 2013

¿Un mundo al revés?

Es un mundo al revés… casi por primera vez. Para varias generaciones de peruanos, acostumbrados a vivir en un país en permanente crisis (y mirar con admiración y sana envidia al mundo desarrollado), resulta un poco extraño experimentar la situación reversa, al menos desde el punto de vista económico y laboral, quizás por primera vez en sus vidas.

Casi todas las semanas se divulgan resultados laborales negativos, que lindan con lo catastrófico, en prácticamente todo el mundo desarrollado. España tiene una tasa total de desempleo de 27% y de 56% para sus jóvenes, cifras comparables con aquellas de la Gran Depresión y la Guerra Civil Española. Todas las demás naciones europeas, con la excepción de Alemania, tienen también tasas de desempleo récord.

Estados Unidos ha realizado la política monetaria más expansiva que se recuerde para evitar una tasa de desempleo de dos dígitos. Aun así, le está  costando más de un lustro de medidas no convencionales regresar el desempleo a sus niveles normales. Japón ha pasado dos décadas de gran estancamiento y recién empieza a dar signos de crecimiento.

Mientras tanto, cada vez con más frecuencia aparecen resultados positivos en el mercado laboral peruano. La tasa de desempleo, que se mide para Lima Metropolitana de manera mensual, ha bajado de 10% a 6% consistentemente, fenómeno que no se veía desde los años 60, y el empleo sigue creciendo por encima de la fuerza laboral.

La tasa de subempleo también ha disminuido de 55% a 36%. Por primera vez desde épocas previas a la hiperinflación de los 80, tenemos una mayoría en la capital con empleo adecuado. La emigración de peruanos a otros países se va transformando en la inmigración creciente de extranjeros que vienen al Perú en busca de un destino laboral mejor.

De acuerdo con la más reciente Encuesta Nacional de Hogares, la remuneración mensual promedio en el país se incrementó de 1,525 a 1,824 soles entre el 2008 y 2012. Un crecimiento real de 20%, a pesar de que en el resto del mundo, salvo China y pocas otras excepciones, los salarios han caído. Los ingresos han crecido más en el ámbito rural que en las ciudades (24% versus 18%), lo cual da indicios de  que las enormes brechas regionales podrían empezar a cerrarse.

Esta encuesta también puede usarse para analizar el mercado de fuerza laboral calificada. Las remuneraciones de ingenieros civiles siguen siendo las más altas ubicándose en S/. 4,000 mensuales en promedio. Entre las profesiones mejor pagas se encuentran los ingenieros de sistemas, industriales y de otras áreas, así como profesionales en ciencia y tecnología. En suma, un mercado laboral que refleja una escasez relativa de buenos ingenieros. Esta es información fresca que debiera considerarse en la orientación vocacional durante estos meses, en los que muchos jóvenes deciden su futuro profesional.

¿Por qué no se estudia más ingeniería en el Perú, a pesar de su creciente demanda y elevadas remuneraciones? Parte del problema se arrastra desde la educación básica. Si el 87% de los niños de segundo grado de primaria no alcanza el nivel adecuado de matemáticas, posiblemente muchos de ellos renuncien a cualquier gusto por las matemáticas muy temprano en sus vidas.

Por eso, los problemas estructurales del mercado laboral peruano hay que enfrentarlos desde la educación básica, a fin de no quedarnos atrapados como país en la denominada "trampa de los ingresos medios".  

Publicado en El Comercio el 24 de Julio del 2013

miércoles, 26 de junio de 2013

URGENTE: Información de empleabilidad

Hay numerosa evidencia de que el conjunto de la educación superior en el Perú no está dando la talla a nivel nacional o internacional, y que se necesita un sistema que promueva la calidad y pertinencia de sus instituciones, con autonomía pero con rendición de cuentas a sus promotores y la sociedad.

La empleabilidad de los egresados (meta mínima indispensable para tanta inversión privada y social de recursos) está disminuyendo, a pesar del auge de nuestra economía. Actualmente, 46% de trabajadores con universitaria completa están subempleados en ocupaciones no profesionales. Esta cifra era 29% hace 7 años.

Al mismo tiempo, las empresas se quejan de la escasez de técnicos profesionales de calidad. Sin embargo, dos de cada tres jóvenes prefiere ir a la universidad en vez de los institutos tecnológicos. Paradójicamente, la legislación actual segmenta y castiga la vertiente superior técnica profesional denominándola “no universitaria”.

No tenemos ninguna universidad peruana calificada entre las 200 mejores del mundo, y nuestro país ocupa los puestos 132 y 141 a nivel mundial en calidad de educación superior. Así no podremos llegar al desarrollo, puesto que las siguientes fases del crecimiento económico solo llegarán con más innovaciones y creación de conocimiento de punta.

Todo este complejo panorama demanda reformar una institucionalidad estancada en el siglo XX, que necesita promover la agilidad y flexibilidad necesarias para un vertiginoso siglo XXI. En este contexto, se ha generado un álgido y polarizado debate en los ámbitos universitarios y legislativos, a partir de una propuesta de reforma discutida en la Comisión de Educación del Congreso.

Son muchos los temas en los que hay que entablar un diálogo especializado y constructivo, tomando en cuenta las mejores prácticas nacionales e internacionales, sobretodo de sistemas de talla mundial. No obstante, hay un creciente consenso en dos ideas fuerza: la necesidad de concebir a toda la educación superior como un sistema y el requerimiento perentorio de información sobre empleabilidad e ingresos de egresados de todas y cada una de las instituciones de educación superior.

Creemos que esta última medida debe ser la primera en implementarse (la venimos proponiendo desde el 2006 y esperamos que esta vez sí se haga realidad) pues contribuiría muchísimo a mejorar la equidad y pertinencia de la educación superior. Hay dos formas rápidas y complementarias de llevarla a cabo.

Primero, pedir a SUNAT y Ministerio de Trabajo que incluyan en los requerimientos de Declaración de Renta y Planilla Electrónica información de la carrera estudiada e institución específica de cada profesional. Segundo, como hay alto desempleo, subempleo e informalidad laboral, agregar una Mega Encuesta de Hogares que debe realizar PROCALIDAD del SINEACE para capturar la situación del resto de profesionales.

Estos datos, consolidados anónimamente por carrera e institución, deben divulgarse a toda la población por Internet y medios de comunicación. Así se conocerá, por fin, la real empleabilidad e ingresos de profesionales producidos por cientos de instituciones en el país, y los jóvenes y sus familias tendrán mejor información para tomar decisiones trascendentales de vida. Este shock de información, por sí mismo, podría generar varios de los cambios deseables en el mercado de educación superior peruana que todos queremos. 

Publicado en El Comercio el 26 de Junio de 2013

viernes, 31 de mayo de 2013

Innovaciones para reducir la pobreza

Lo primero que se necesita para seguir reduciendo la pobreza, actualmente en 25.8%, es sostener un crecimiento económico de 6% anual, sobre la base de una vigorosa inversión privada que aumente a ritmos anuales de dos dígitos. Estas inversiones, con horizontes de mediano y largo plazo, requieren de políticas claras y estables que generen confianza empresarial, y de mucha mayor agilidad estatal para acelerar la implementación de proyectos.

Lo segundo es profundizar las mejoras en infraestructura, educación y políticas sociales. Esto último es indispensable por la existencia de poblaciones atrapadas en “trampas de pobreza” a las que no llega tan rápidamente el crecimiento económico ni el bienestar. Si bien la pobreza en la sierra rural ha descendido en los últimos años, todavía afecta a casi 60% de su población.

Precisamente, el libro “Repensar la pobreza” de Abhijit Banerjee y Esther Duflo es un magnífico compendio sobre políticas y programas que han tenido o no impactos positivos en cubrir las necesidades apremiantes de los pobres como una nutrición y salud adecuada, educación de calidad, protección social contra eventos adversos, acceso a mejores empleos, servicios financieros para sus emprendimientos, etc.

En las últimas décadas ha crecido el escepticismo acerca del impacto real de la asistencia para el desarrollo. Hoy se exige mayor transparencia en el manejo de los presupuestos y resultados positivos bien medidos. Por ello se utilizan cada vez más metodologías rigurosas de evaluación llamadas “experimentos controlados aleatorizados” (randomized controlled trials). Estos aíslan el real impacto del programa utilizando el seguimiento, antes y después del programa, a los beneficiarios y a un grupo de control lo más idéntico posible.

Para asegurar la equivalencia inicial, el procedimiento ideal es sortear dentro de los interesados en el programa un grupo de beneficiarios y otro de no beneficiarios, que funciona como grupo de control de la intervención. Esta metodología, que suele ser moneda común en experimentos clínicos y otras ciencias, se ha desarrollado recién en las últimas dos décadas en economía. Banerjee y Duflo son autoridades mundiales en su aplicación para la economía de la pobreza.

De hecho, el libro estructura de una manera ágil y convincente la evidencia de casi 300 evaluaciones de impacto alrededor del mundo. Y los resultados acopiados pueden ayudar mucho a diseñar programas innovadores, construir mejores modelos conductuales y simular políticas alternativas.

Por ejemplo, en el campo educativo, dos papers suyos demuestran cómo estrategias de enseñanza diferenciadas para subgrupos de estudiantes del mismo grado, pero con distintos niveles de conocimiento y velocidades de aprendizaje, logran muchos mejores resultados para todos, comparadas con típicas estrategias uniformes. Asimismo, cómo las tecnologías de la información hacen factible esta diferenciación porque permiten que se aprenda a diferentes ritmos, tal como lo comprueba el portal Khan cuyo fundador nos visitara hace poco.

Va a ser una gran oportunidad para aprender más de la sabiduría recopilada por Banerjee su conferencia magistral en la Universidad del Pacífico este viernes 31 en la mañana. Responsables de políticas económicas y sociales, académicos e investigadores por igual podemos sugerir, diseñar e implementar mejores políticas y programas, a partir de esta rica experiencia ganada en todo el mundo.

Publicado en El Comercio el 27 de mayo de 2013
 

lunes, 6 de mayo de 2013

La educación y el trabajo que queremos


En esta era del conocimiento, un trabajo de calidad supone una educación de calidad previamente adquirida. Las inquietudes expresadas en el reciente Foro Económico Mundial corroboran que este débil pilar de la competitividad peruana será un freno a nuestro conocimiento y desarrollo inclusivo.

Hace unas semanas se conocieron los resultados de la Evaluación Censal de Estudiantes de Segundo Grado (ECE 2012) y, luego de un par de días en los medios, dejó de ser noticia. No debe ser así, nos deberíamos preocupar por la educación todo el año.

En comprensión lectora no se consiguió mejoras satisfactorias frente al 2011 (solo 3 de cada 10 niños del país logran los aprendizajes esperados), aunque hubo progreso en el nivel más básico de lectura (pasó de 47,1% a 49,3%) , sobre todo en colegios estatales y rurales. En matemáticas la tendencia fue similar: estancamiento en el nivel satisfactorio (solo 12,8% lo logran) y mejora en el nivel básico (de 35,8% a 38,2%) en escuelas públicas y rurales.

Al observar ejemplos de matemáticas en la prueba, encontramos que aumenta la capacidad de realizar ejercicios mecánicos de suma y resta, pero no la comprensión de conceptos concretos ni su utilización para resolver problemas prácticos.

Pruebas al canto. Ejemplo 1: “Hay 26 lapiceros en una cajita. 14 son rojos y el resto azules. ¿Cuántos lapiceros son azules?”. Ejemplo 2: Se muestra un gráfico con 21 tarjetas. ¿Cuántos grupos de 10 tarjetas se pueden conformar? ¡Solo 13 de cada 100 niños peruanos responde correctamente este tipo de preguntas! Todavía peor: hace tres años que andamos estancados, a pesar de los enormes esfuerzos realizados por los dos últimos gobiernos en este campo.

Habría que evaluar: 1) si las estrategias actuales de capacitación y acompañamiento docente, y los materiales producidos en estos años, pueden mejorar sustantivamente estas competencias fundamentales para formar peruanos productivos; 2) el porcentaje real de profesores actuales que puede trabajar con estrategias pedagógicas modernas y la proporción que difícilmente puede reconvertirse; 3) si la formación actual en las facultades e institutos pedagógicos asegura que las próximas generaciones de peruanos podrán adquirir estos aprendizajes; 4) la manera como padres de familia, con escaso tiempo para tareas del hogar, pueden reforzar los aprendizajes; 5) la forma como los directores, que deben ser los líderes pedagógicos de la escuela, se hacen corresponsables de objetivos de aprendizaje en todo el plantel escolar; 6) estudiar a fondo los casos de éxito, trátese de colegios públicos o privados, sobre todo en condiciones de pobreza, para identificar prácticas innovadoras que se puedan escalar y expandir rápidamente en todo el Perú.

Nos debemos preocupar urgentemente de estas etapas tempranas de la formación de capital humano puesto que, como demuestran dos recientes publicaciones del CIUP – “La trampa educativa en el Perú” y “La educación que queremos” en el libro “Cuando despertemos en el 2062”, el mediano plazo en el mercado laboral significa ya el corto plazo en nuestro sistema educativo.

Ese 87% de niños que no rindió satisfactoriamente la ECE 2012 tendrá 17 años en el bicentenario del 2021 y estará buscando insertarse en un empleo productivo para entonces  o deseando continuar sus estudios superiores para aportar al país de manera profesional.

¿Será posible formarlo competitivamente con todas estas desventajas que está acumulando desde los grados iniciales de primaria? 

Publicado en El Comercio el 1 de Mayo del 2013

miércoles, 3 de abril de 2013

¿Un mercado laboral caliente para todos?


En la jerga económica, un mercado laboral “caliente” es aquel con altos índices de contratación, bajas tasas de desempleo e incrementos en remuneraciones por encima de la inflación. Muy pocos mercados de trabajo en el mundo podrían calificar como calientes hoy. El mercado americano empieza a registrar aumentos de temperatura, pues su desempleo cae lentamente desde un máximo de 10% en la crisis reciente a 7.7% este febrero, pero aún está lejos del sobrecalentamiento (el mínimo de 4.4% del 2007). Mientras tanto, zonas enteras de Europa parecen tan gélidas como el Polo Norte con un récord de 5 millones de españoles en paro que representan 25% de su fuerza laboral.

Por el contrario, el mercado laboral peruano tiene algunos signos de calentamiento global. El desempleo en Lima ha disminuido 40% en los últimos siete años, de 10.8% a 6.4%. Los ingresos promedio mensuales aumentaron de 789 a 1,349 soles en el mismo período, un incremento nominal de 71% y real de 37%. Las estadísticas indican que todos los grupos poblacionales han mejorado, aunque a diferentes velocidades.

Históricamente el desempleo ha sido mayor para mujeres que hombres, no obstante, este exceso se ha incrementado de un tercio a dos tercios recientemente (mientras que el desempleo masculino está en 4.9%, el femenino asciende a 8.3%) denotando problemas de menor empleabilidad en las mujeres.

Los jóvenes suelen tener mayor desempleo que los adultos, sin embargo, esta penalidad ha pasado de dos a uno a tres a uno. Ahora la tasa de desempleo juvenil está en 13.9% comparada con sólo 4.4% de tasa de desempleo adulta. El Ministerio de Trabajo debe identificar qué dificultades de empleabilidad afectan a importantes segmentos de jóvenes, a los que no llegan los frutos del vigoroso mercado laboral actual.  

En cuanto a los ingresos, hay diferencias notorias de acuerdo al nivel educativo de la mano de obra. Mientras que trabajadores con primaria y secundaria experimentan incrementos reales en sus ingresos de 48% y 40% respectivamente, los profesionales con educación superior técnica y universitaria consiguen más modestas ganancias de 33% y 16% cada uno. Sorprende que esto ocurra en medio de la vociferada escasez de personal calificado.

Hay una aparente esquizofrenia de resultados: falta y sobra al mismo tiempo mano de obra calificada en el país. Escasea talento peruano preparado de alta calidad y pertinencia (por lo que, en muchos casos, hay que contratar extranjeros) pero también abunda mano de obra nacional supuestamente “calificada”, con título y todo, pero de muy baja calidad y pertinencia. Este último grupo termina pesando más en las cifras agregadas, por lo que encontramos ingresos universitarios que crecen menos que las remuneraciones de técnicos y todavía menos que las de personal de baja calificación.

En síntesis, el mercado laboral peruano ha estado tan caliente como el verano mismo, aunque con algunos sinsabores para grupos específicos. Las cifras reflejan un vertiginoso crecimiento del empleo, mas no para todos: mientras más sofisticado el puesto de trabajo, mayores las demandas por una formación técnica y profesional de alta calidad. En otras palabras, el “cartón” universitario o técnico por sí mismo no asegura para nada un buen empleo, si no está respaldado por una formación de calidad y pertinencia para la exigente economía actual.

Publicado en El Comercio el 3 de Abril de 2013

jueves, 7 de marzo de 2013

Cinco hábitos para brillar en la vida

Ahora que empiezan las clases escolares es un buen momento para preguntarnos cómo contribuir a mejorar la educación en nuestro país, siguiendo el objetivo de una sociedad educadora propuesto por el Proyecto Educativo Nacional.

“Cinco hábitos de grandes estudiantes” de Jonathan Olsen y Sarah Gross, profesores de la Escuela Secundaria (pública) de Alta Tecnología de Lincroft, Nueva Jersey, es un excelente material para empezar la reflexión, pues sus alumnos han obtenido los mejores puntajes en las pruebas de ciencias y matemáticas de todo Estados Unidos.

Si bien se trata de estudiantes de por sí muy talentosos, para haber logrado ingresar a esta prestigiosa escuela, lo sorprendente es que durante sus años en ella siguen hábitos sencillos de inculcar en todo tipo de alumno e institución educativa en cualquier país del mundo, incluyendo el nuestro.

El primero es la lectura cotidiana. Estos estudiantes leen mucho, temprano, tarde y seguido, pero no solo sobre lo que dispone el currículo oficial, sino que realizan lecturas independientes sobre temas que les interesan, académicos o no, teniendo los periódicos, novelas, libros, revistas y fuentes de consulta a mano para llevárselas a casa. ¿Recuerdan la experiencia de los brazaletes del “Fe y Alegría 58” de Jicamarca?   

La segunda práctica es la redacción a diario. No siempre por una nota, sino como parte de su proceso formativo por lo que reciben retroalimentación constante. Escriben todos, los que se inclinan por letras y humanidades y los que destacan en ciencias y matemáticas, pues saben que la llave para persuadir al mundo es la buena redacción.

La tercera es que siempre están preparados para cualquier tipo de evaluación sobre sus aprendizajes y que tienen estrategias diversas para lograrlos. Los días de exámenes nacionales son tan motivadores para ellos como las fechas finales de los campeonatos deportivos.

El cuarto hábito es el aprendizaje colaborativo. Lo que ocurre en el mundo real de las empresas se traslada naturalmente a la esfera educativa. Estos estudiantes colaboran y aprenden entre ellos, reconociendo y valorando las distintas fortalezas, gustos y estilos de aprendizaje. Sabemos que en la vida adulta así trabajarán en equipos multidisciplinarios y que allí aparecerán las grandes innovaciones del futuro.

Por último, está la práctica del cuestionamiento constante de lo que aprenden. Estos muchachos acostumbran preguntar insistentemente a sus maestros, hasta entender a fondo la materia que están aprendiendo, y para pensar más allá del conocimiento convencional.

La lección universal de esta experiencia es que se pueden lograr altos aprendizajes con recursos razonables, desarrollando estos cinco hábitos sencillos, y seguramente otros más relacionados también con aspectos socio-emocionales, pero que las piezas fundamentales para estimularlos son los maestros y padres de familia.

Sabemos que la calidad educativa es el reto más grande para la sostenibilidad de nuestro crecimiento y desarrollo. En este sentido, los padres y autoridades debemos evaluar y pedir cuentas a los maestros acerca del uso permanente de estas estrategias en el aula, pero también debemos hacernos corresponsables de incentivar y facilitar estas prácticas en todos los hogares del país.

Publicado en El Comercio el 1 de Marzo de 2013 

miércoles, 6 de febrero de 2013

Instituciones, crecimiento y desarrollo

¿Es posible escribir un libro de economía de casi 600 páginas que sea fácil de leer y que capture la atención de toda clase de público de principio a fin? Daron Acemoglu y James Robinson lo logran en “Por qué fracasan los países”, uno de los mejores libros publicados el año pasado. Combinan la economía con ciencia política, historia y otras disciplinas para persuadirnos del papel central de las instituciones en el desarrollo.

Parten de ejemplos actuales, como las diferencias en niveles de vida de mexicanos a ambos lados de la frontera: Nogales (Arizona) y Nogales (Sonora), para luego, en viajes imaginarios, retrotraernos a los orígenes de las sociedades coloniales, a fin de explicar las causas de sus niveles de desarrollo o subdesarrollo actuales. Pareciera que estuviéramos ante un buscador de la web como Google que puede ubicar cualquier lugar del planeta y cualquier momento de la historia para proveer los argumentos precisos en el momento indicado del libro.

A continuación, uno de varios ejemplos peruanos: las diferencias socio-demográficas y geográficas entre las provincias de Calca y Acomayo en el Cuzco son realmente pocas. Pero, hoy en día, los habitantes de Acomayo son mucho más pobres y consumen casi un tercio menos que los de Calca. La tesis de Melissa Dell en MIT, supervisada por Acemoglu, explica cómo el sistema colonial de trabajo forzoso llamado “mita”, que afectó a Acomayo pero no a Calca, puede estar detrás de estas diferencias. Los resultados publicados en “Apuntes” de la Universidad del Pacifico indican que los derechos de propiedad y el desarrollo de haciendas en Calca promovieron inversiones en capital físico y humano en dicha provincia, mientras que Acomayo quedó históricamente empobrecida.

Sabemos que todo proceso de crecimiento sostenido depende de una gran acumulación de factores y de mejoras tecnológicas. Pero la pregunta más profunda por responder es por qué hay sociedades que en ciertos momentos de la historia han logrado emprender este proceso y otras no.

La respuesta que propone el libro es que son las instituciones inclusivas, que garantizan derechos de propiedad, la estabilidad jurídica e igualdad de oportunidades, las que las promueven estos cambios. Sin embargo, siguiendo al gran economista Schumpeter, como todo proceso de desarrollo viene acompañado de episodios de “destrucción creativa”, con grandes ganadores pero también perdedores, han existido a lo largo de la historia intereses opuestos a estas políticas, que en algunos casos se han logrado neutralizar pero en otros no.

Quizás los autores exageran sus puntos de vista al comparar el poder explicativo de su teoría en relación a otras diferencias como las geográficas o culturales. Pero es indudable el peso que han adquirido los factores institucionales al analizar el pasado y predecir el futuro económico de las naciones. Desde este punto de vista, nuestro país todavía “cojea” mucho.

En el ranking de competitividad del Foro Económico Mundial, el primer pilar que aparece es el institucional. En dicha dimensión nos situamos en el muy pobre puesto 105, de un total de 144 países, debido al insuficiente respeto y protección a los derechos de propiedad, altos niveles de corrupción, descrédito de políticos y funcionarios públicos, y la poca independencia y predictibilidad del Poder Judicial, entre otros aspectos por resolver. A juzgar por todas las falencias en este pilar fundamental, aún no tenemos ganado el partido al subdesarrollo.

Publicado en El Comercio el 1 de Febrero de 2013