Partamos por el
principio de que las competencias adecuadas en comprensión lectora, matemáticas
y ciencias no son los únicos objetivos que debe perseguir una educación de
calidad. La formación de buenas personas y ciudadanos socialmente responsables
son fines igualmente importantes. Sin embargo, un joven peruano del siglo XXI carente de
una capacidad mínima de comprender e interpretar textos,o de aplicar razonamientos
matemáticos y principios científicos básicos a la vida diaria, tendrá muy pocas
oportunidades de éxito en la vida y será para todo fin práctico un “analfabeto
funcional”.
Los últimos resultados
de la prueba PISA 2012 desnudan esta cruda realidad. No podemos aspirar a ser
un país desarrollado,que descanse en ciudadanos plenamente productivos, con
estos índices lamentables de aprendizaje. Es correcta y valiente la decisión de
seguir participando en la prueba PISA y compararnos con otros 65 países que ya
están en elevados niveles de desarrollo o que aspiran a lograrlo en un futuro
cercano.Nuestra ubicación al fondo de la tabla confirma que todavía estamos muy
lejos de lograr que nuestro capital humano sea una ventaja competitiva para el
país.
PISA nos debe permitir
también comparar nuestros resultados en el tiempo y evaluar si estamos
mejorando a un ritmo suficiente como para alcanzar estándares educativos
razonables en las próximas décadas. Al respecto, de manera consistente con las
tendencias observadas en las pruebas de segundo grado, mejoramos en comprensión
lectora (de 327 puntos en promedio en 2001 a 384 puntos en 2012), pero a un
ritmo claramente insuficiente (sólo 1.5% promedio anual), pero no hacemos un
ápice de progreso en matemáticas (seguimos alrededor de 370 puntos promedio).
Este estancamiento es peligroso porque nos condena a una sociedad que solo puede
ser buena en actividades básicas de extracción de recursos, pero que carece de
habilidades para darle valor agregado a la producción de bienes y servicios
competitivos internacionalmente.
¿Cómo salir de este
estancamiento? Dos estrategias cruciales aplicadas en los países de más alto
rendimiento educativo y los que más mejoraron fueron: 1) captar a los jóvenes
más talentosos para ser mejores profesores,y reconvertir a los actuales con
mayor capacitación en mejores metodologías de enseñanza;2) mayor acompañamiento
por parte de especialistas tanto a los docentes en el aula, para identificar
oportunidades de mejora, como a los alumnos que empiezan a quedarse atrás, a
través de talleres de reforzamiento en horas adicionales de trabajo escolar.
Publicado el 9 de Diciembre del 2013 en El Comercio
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