Lant
Pritchett es un reconocido profesor de la Escuela de Gobierno de Harvard y
experto en sistemas educativos del mundo. Se encuentra estos días en el Perú,
gracias a una ejemplar cooperación entre el sector público, academia y
empresariado. Realizará presentaciones en la Universidad del Pacífico,
reuniones con el Ministerio de Educación, y disertará sobre retos educativos en
la CADE de Paracas.
No podía ser más oportuna su
visita, por la gran prioridad del tema educativo en nuestra agenda de
desarrollo. Pritchett publicó hace poco el estupendo libro “The
Rebirth of Education: Schooling Ain´t Learning”. Este subtítulo
resume bien su tesis central: a pesar de los grandes avances en escolaridad
alrededor del mundo (llegándose prácticamente a cumplir las metas del milenio
para el 2015), resulta frustrante comprobar que no necesariamente se han
conseguido mayores aprendizajes en los niños.
El autor ofrece argumentos
novedosos de teoría organizacional para explicar esta paradoja del desarrollo.
Indica que la mayoría de sistemas educativos en el mundo se han convertido en estructuras
gubernamentales tipo “araña” (spider systems), altamente burocratizadas, donde
todas las decisiones y acciones son procesadas por los poderes centrales (el
cerebro de la araña en el centro de su tela). Este tipo de estructura pudo
haber sido eficaz en la logística de expandir cuantitativamente el sistema
escolar, pero en sus condiciones actuales no serviría para crear los
ecosistemas educativos conducentes a aprendizajes en el aula.
Se necesitarían más bien estructuras
tipo “estrellas de mar” (starfish systems) con gran autonomía y diversidad de modelos
de gestión a nivel de cada escuela. Se trata de sistemas abiertos y promotores
de innovación constante y disruptiva, que dejan autonomía para la operación
local, que se concentran en establecer estándares comunes y evaluar
aprendizajes finales, que facilitan las redes de maestros horizontales, soporte
técnico y capacitación, y cuyos esquemas de financiamiento se guían por la
matrícula y desempeños reales más que por la inercia y discrecionalidad.
Pritchett ofrece tres
ejemplos internacionales de este tipo de estructura eficaz. El sistema
universitario anglosajón, completamente descentralizado y basado en la
competencia por fondos de investigación y alumnado, produce muchísimas más
universidades de talla mundial que sus contrapartes europeas continentales,
altamente centralizadas y reguladas. Los programas de bachillerato
internacional impulsan el éxito educativo en distintos tipos de escuelas,
privadas y públicas, con una estructura abierta y flexible alrededor del mundo.
Por último, Brasil ha mostrado mejoras en sus niveles de aprendizaje en parte
porque el gobierno federal financia a los estados de acuerdo a metas y resultados
concretos.
Pritchett no sugiere una
receta única para reformar todo un sistema educativo que necesita mejorar
aprendizajes a gritos. Más bien propone que cada una de estas dimensiones
deseables del sistema se evalúen en contextos específicos. Por ello, su mirada
externa y fresca al caso peruano concreto será bienvenida y, aunque su humildad
intelectual es apreciada y valorada, estamos seguros que con su amplia
experiencia internacional sobre lo que funciona y no en educación ayudará mucho
a identificar oportunidades de reforma urgente en la gestión educativa en el
país.
Publicado en El Comercio el 13 de noviembre del 2014.
Todo un descubrimiento los cursos a distancia, y sobre todo los cursos junta de andalucia 2017. Nunca habría imaginado que estarían tan completos
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