Los estudiantes deben considerar sus pasiones y
habilidades, así como la demanda de la carrera, sugiere Yamada.
¿Es mejor seguir una carrera universitaria o una
técnica? ¿Qué carrera puede ofrecerme un mejor retorno a futuro? ¿Quiénes son
los profesionales más demandados en el mercado? Son dudas que surgen cuando un
jóven planea lo qué hará terminando el colegio; y no saber qué camino seguir
puede llevarlos, a menudo, en la dirección errónea.
En ese sentido, los economistas Pablo Lavado, Gustavo
Yamada y Nelson Oviedo elaboraron un estudio con datos de Ponte En Carrera,
para percibir el uso de la información de los salarios de los egresados y los
institutos.
El Comercio conversó con Yamada, economista y director
del centro de investigación de la Universidad del Pacífico (UP), para resolver
algunas de estas incógnitas.
¿PROFESIONALES TÉCNICOS O UNIVERSITARIOS?
De acuerdo al especialista, un punto que los jóvenes
deben considerar es que existen especialidades técnicas estudiadas en ciertas
instituciones donde un egresado puede ganar más que los profesionales
universitarios de ciertas carreras. "Es muy importante tener en cuenta
esta información", precisó Yamada.
Es por ello que a la hora de escoger una carrera, él
recomienda seguir el método PHD: pasión, habilidades y la demanda. "Es
bueno tener pasión por lo que uno quiere hacer los próximos 50 años en la vida
y es bueno tener algunas habilidades básicas al menos coadyuvantes de esa
pasión, pero la D de demanda es crucial", resaltó Yamada.
CARRERAS EN DETALLE
A partir de lo encontrado en el estudio, Yamada
precisó que en el caso de la carrera de Educación los resultados no fueron
alentadores. "Se está mejorando últimamente con los aumentos que se dan en
el caso de los maestros, pero los datos de Ponte En Carrera todavía comprueban
que están a la zaga en remuneraciones", mencionó.
Añadió que un punto interesante que en lo que respecta
a Educación, los datos muestran es que las bajas remuneraciones no solo (ocurren)
en los egresados de las universidades públicas, sino también para quienes
estudian en universidades privadas.
Por otro lado, destacó que los empresarios ponen mayor
énfasis a calificar mejor a la mano de obra técnica. Según Yamada, las
"especialidades relacionadas a la arquitectura y a la construcción pueden
ganar mucho más que muchas otras carreras universitarias. Por ejemplo, la parte
de geología y minería puede generar muchísimo más retorno que las carreras de
humanidades en el país".
Indicó también que hay carreras que se consideran como
"un bien necesario", por lo cual su demanda se mantiene en el
mercado.
"Las carreras transversales como la economía y la
administración tienen una demanda asegurada porque todos los sectores lo
necesitan. En ese sentido, el consejo para los jóvenes es que no se
sobreespecialicen; quizá después con una maestría puedan terminar enfocándose
un poco más, pero ahora el sector productivo necesita competencias
transversales", resaltó.
¿UNIVERSIDAD MÁS CARA = MEJOR SALARIO?
Se dice que las universidades más caras del país, al
tener mayor prestigio, son la mejor opción para quienes pueden acceder a ellas.
Sin embargo, el estudio de los economistas rompen este mito con un análisis más
profundo sobre lo que este aspecto significa.
Yamada precisó que se llegaron a cuatro cuadrantes
para separar los pros y contras de las universidades costosas y de su verdadero
valor:
► Alto costo, alta rentabilidad: si bien la inversión
e este sector tiene alto retorno a futuro, no es un cuadrante al que puedan
acceder todos con facilidad. "Para eso sirven programas como Beca 18 y
Crédito 18, que le ofrecen a jóvenes talentosos acceder a este segmento",
dijo el economista.
► Bajo costo, baja rentabilidad: este es el cuadrante
que se debe desalentar, pues a pesar de que la inversión es baja y accesible,
el retorno a posteriori no es adecuado para un profesional.
Alto costo, baja rentabilidad: este, precisó, es el
peor de los escenarios. "Ojalá Ponte en Carrera y los esquemas de
licenciamiento de las universidades que se están llevando a cabo vayan
eliminando rápidamente este segmento", sugirió Yamada.
Alto costo, baja rentabilidad: un sector deseable
donde se tienen buenas universidades públicas de bajo costo, aunque se da un
costo de oportunidad y otros gastos asociados como la preparación para acceder
a ellas.
"Ahí el problema es la tasa de ingreso: uno de
cada 10 de los que postulan a esa universidad logran ingresar, lo cual te da
también unos estándares de coeficiente intelectual bien alto como para hacerlo
y lo que no se incorpora en los cálculos es que generalmente te tienes que
preparar uno dos o hasta tres años en academias para ingresar, y eso es un
costo adicional que no está contabilizado", resaltó el economista.
Indicó también que hay mucha tradición de buenas
universidades públicas en provincias, como la San Agustín de Arequipa; la
Altiplano de Puno, y la Universidad de las Amazonías.
Publicado en El Comercio el 24 de marzo de 2017
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