Como detallamos en nuestra columna anterior, Corea
del Sur ha experimentado un verdadero milagro económico que lo catapultó de producir
anualmente 850 dólares por habitante en los cincuenta a 26 mil dólares hoy en
día, situándose ya entre las 30 naciones más desarrolladas del planeta.
¿Qué pasó mientras tanto en Corea del Norte? De
acuerdo a Naciones Unidas, se ha quedado con un producto per cápita anual estimado
actualmente en alrededor de 600 dólares, ubicándose entre los 20 países más
pobres del mundo. La diferencia entre ambas naciones, separadas hace sólo seis
décadas por el famoso Paralelo 38, sería de más de 40 veces, aunque la
comparación no resulta sencilla por la ausencia de mercados y precios en Nor-Corea.
Felizmente, el Banco Central de Sur-Corea realiza
una estimación detallada anual de la producción real agregada del vecino del
norte, utilizando para ello los precios de mercado prevalecientes en el sur. En
dicha estimación la brecha nominal entre ambas Coreas se reduce, pero sigue
siendo tan astronómica como de 18 veces a 1.
Pero un par de imágenes pueden decirnos más que muchos
números. La primera proviene del espacio: Los astronautas de la Estación
Espacial Internacional han podido captar fotografías nocturnas de toda la
península coreana con gran resolución. El contraste es abismal.
En la parte sur se aprecia un continuo de miles y
miles de luces destellantes, mientras que en el norte prácticamente todo es
oscuridad. De hecho, pareciera que el Mar de Japón y el Mar Amarillo estuvieran
unidos por otro “mar visual” (que sería Corea del Norte). Es el desarrollo luminoso versus el oscuro
subdesarrollo.
La segunda imagen proviene de comparar estaturas de
niños surcoreanos y norcoreanos de la misma edad. Existe una brecha promedio de
hasta 8 centímetros entre ellos, que no puede ser atribuida a diferencias
raciales. Más de un tercio de niños
norcoreanos está desnutrido, mientras que dicho fenómeno es insignificante en
los niños surcoreanos.
El caso de la península coreana quizás sea el mejor ejemplo
teórico-práctico contemporáneo del papel crucial que tienen las instituciones
en el devenir de las economías: un exitoso sistema capitalista que incentiva,
premia y protege la propiedad privada, el emprendimiento individual, la
inversión y la innovación, versus un sistema comunista impuesto a una población
de 25 millones, donde el común denominador es la pobreza y el retroceso en
todos los ámbitos de la vida.
En la economía y sociedad surcoreana la inversión individual
y familiar en capital humano es clave para seguir progresando a pasos
agigantados. Un verdadero milagro educativo que hemos detallado en nuestras
columnas de agosto y setiembre del 2010 en esta misma sección.
Hace pocas semanas se difundieron imágenes del día en
que se efectúa la prueba final de educación secundaria para admisión a las
universidades de Corea del Sur. Un evento para las familias coreanas tan
importante como la final de una olimpiada o campeonato mundial de fútbol. Todo
el país se puso a disposición de estos cientos de miles de jóvenes que se
habían preparado con ahínco para lograr un lugar en la competitiva y desarrollada
sociedad surcoreana. A dicho estándar debemos llegar, y a ritmo “pali pali”, si
queremos completar nuestro desarrollo en esta generación.
Artículo publicado en el Diario El Comercio el 9 de diciembre de 2015.
la brecha económica se origina en la brecha educacional que existe entre ambas partes, lo cual tiene su repercusión directa en el curso formador de formadores
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