miércoles, 11 de mayo de 2016

Alcanzar los tres dígitos

Hace casi ocho años fui invitado por la sección económica de este diario a escribir una columna cada cuatro semanas, encargo felizmente cumplido de manera ininterrumpida. Los formatos han variado, conforme la dinámica industria editorial así lo requería: recuadro inferior en página económica, columna izquierda en página dos de Portafolio, página central de la misma, entre otros. Hoy, alcanzamos los tres dígitos, entregando al lector la columna número cien, en una renovada y ágil diagramación acorde con los tiempos.

Es momento propicio para hacer un primer balance. La temática se ha concentrado en la economía, educación y empleo (un compendio se encuentra en el blog “Triple E” http://gustavoyamada.blogspot.pe/). Hemos descrito el contexto mundial y específico de algunos países visitados: la recuperación de los Estados Unidos después de su peor crisis desde la Gran Depresión, el acelerado desarrollo de Corea del Sur y China, la resiliencia de Alemania, o los retrocesos de España y Brasil.

En el caso del Perú, hemos analizado la dramática reducción de la pobreza monetaria a menos de la mitad, que acaba de ser reconocida por la CEPAL como récord histórico para toda América Latina, y la caída de la desigualdad. Buena parte de estos logros se deben al elevado crecimiento económico y al complemento de la política social. En un trabajo reciente con Juan Francisco Castro y Nelson Oviedo calculamos que la desigualdad ha seguido cayendo, aunque menos, en medio de la desaceleración económica, y ahora con más peso de la política redistributiva.

Con frecuencia esta tribuna ha servido para difundir investigaciones y evaluaciones sobre temas educativos y laborales. Desde el impacto de grandes obras como Fe y Alegría hasta la rentabilidad de la educación superior y el potencial de esquemas como Ponte en Carrera y Crédito 18. También la columna ha permitido reseñar libros que dejan huella, como la explicación histórica institucionalista del subdesarrollo de Acemoglu y Robinson, o las características singulares de personas innovadoras identificadas por Dyer y Gregersen.

Pero alcanzar los tres dígitos no siempre es positivo. Por ejemplo, desde 1982 hasta 1991 tuvimos inflaciones anuales de tres dígitos, dramática consecuencia del equivocado manejo macroeconómico que nunca debe repetirse. Lamentablemente, el mundo no está vacunado del todo de estas dolencias. El año pasado, Venezuela batió récord mundial -en una economía repleta de controles- con 189% de inflación. Es decir, ¡los precios de los bienes y servicios en Venezuela en promedio se están triplicando cada año!

Más meritorio e importante sería alcanzar tres dígitos en el crecimiento acumulado del del ingreso per cápita, con una distribución equitativa de oportunidades. Algunas economías del sudeste asiático han logrado hacerlo cada 10 años por varias décadas. A nosotros, aún con los buenos tiempos vividos en el pasado reciente, nos tomó más de dos décadas duplicar el PBI per capita. A este ritmo se requeriría más de 50 años para alcanzar los niveles mínimos actuales de países desarrollados.
Lamentablemente medio siglo es una eternidad y no nos podemos conformar con esta inercia. Tenemos que realizar muchas más reformas económicas, sociales e institucionales para crecer a tasas cercanas a las asiáticas. Felizmente, las candidaturas que alcanzaron la segunda vuelta pueden y deben aprovechar el claro mandato ciudadano para emprender reformas, explicando adecuadamente sus beneficios para la población, durante el primer año del próximo gobierno.

Publicado en el diario El Comercio el 27 de abril de 2016.

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