miércoles, 16 de octubre de 2013

Conexiones Disfuncionales

Estuve en Alemania y España invitado por la cooperación alemana para un excelente curso dirigido especialmente a decanos de América Latina.  Pero llegar a la germana Saarbrucken resultó una verdadera pesadilla, perdiéndome el primer día entero del curso. Dado que no hay vuelos directos a Alemania desde Lima (necesarísimos, pues se trata de la primera potencia europea y cuarta en el mundo), me ofrecieron un vuelo en Avianca hasta Bogotá con conexión Bogotá-Frankfurt por Lufthansa (itinerario supuestamente muy eficiente por ser ambos parte de Star Alliance).

Sin embargo, perdimos la conexión en Bogotá, a pesar del buen clima. Estuvimos en Lima dentro del avión sin despegar por más de media hora sin explicación ¿Demasiado tráfico en la única pista del Jorge Chávez? Llegamos a Bogotá y también  demoramos más de 15 minutos para parquear, pero nos indicaron a los pasajeros destinados a Frankfurt que el otro avión nos esperaría. ¡Qué frustración ver el otro avión cerrado, aunque faltaban 10 minutos para su despegue!

La verdadera pesadilla recién empezaba. Prometieron ubicarnos en el siguiente vuelo: ya no directo a Alemania sino con Avianca a Madrid, conectando a Frankfurt por Iberia. Nos mandaron a dormir por la noche a un hotel. Al día siguiente, nos enteramos en el aeropuerto que Avianca iba retrasada, por lo que no era posible la conexión con Iberia sino que una posterior con Lufthansa. Finalmente “cruzamos el charco” pero al llegar al counter de Lufthansa en Madrid, nos dijeron que no teníamos boletos para la conexión porque Avianca solo había hecho reservas desde Bogotá. La aeromoza alemana llamó tres veces a Avianca para que emitieran el boleto sin éxito. Tuvimos que regresar al nuevo terminal de Barajas y exigir a Avianca que emitieran el boleto, ir nuevamente al viejo terminal de Barajas para finalmente poder abordar el vuelo a Frankfurt. ¡Llegamos a Alemania 23 horas después de lo programado!

¿Qué lecciones extraer de esta experiencia? Para las  aerolíneas y agencias de viaje: no vender vuelos con tan poco tiempo de conexión (una hora quince minutos) o informar, obligatoriamente, que existe el riesgo de perder la conexión a cuenta del pasajero. De acuerdo a estadísticas recientes, 25% de vuelos tienen más de 15 minutos de atraso y seguramente Lima y Bogotá tienen retrasos mayores.

Tener un protocolo obligatorio de manejo de casos de pérdidas de conexiones internacionales, empezando por el buen trato al cliente frustrado, así como asegurar que las siguientes aerolíneas en la cadena tendrán todos los procedimientos en regla para aminorar los costos para el sufrido pasajero.

Los pasajeros deben considerar tres potenciales costos cuando compran tickets con estas conexiones disfuncionales: psicológico, por las incertidumbres y molestias hasta llegar al destino final; físico, pues son agotadores los ajetreos y cargas entre diversos e inmensos aeropuertos, migraciones y aduanas; y el famoso costo de oportunidad, por todo lo que se deja de hacer en ese día esfumado. La estrategia sugerida aquí es la minimización de pérdidas: llevar siempre en el equipaje de mano varios buenos libros o un dispositivo electrónico para leer mucho (en parte de trabajo, pero en parte de placer, a fin de reducir el estrés acumulado) o terminar viendo todas las películas (buenas y malas) que se ofrecen en los aviones. 

Publicado en El Comercio el 16 de Octubre del 2013.

Lecciones para acreditar la calidad educativa

Una educación superior de calidad es un requisito indispensable para el desarrollo. Todas las instituciones de educación superior (IES), universidades e institutos, deben formar con calidad y pertinencia a los jóvenes que se harán cargo del aparato productivo. Y un grupo importante de IES tiene que generar nuevo conocimiento al servicio de la competitividad del Perú. Algunos indicadores clave de calidad no son alentadores: el subempleo se incrementó a más de un tercio de profesionales, a pesar del auge económico, y 63% de egresados se arrepiente de la institución o carrera estudiada.

Una fórmula para incentivar la calidad de las IES son los procesos de acreditación que revelan el nivel de cumplimiento del servicio educativo. Un libro reciente auspiciado por la Universidad del Pacífico y CONEAU (consejo para la acreditación de la calidad universitaria en el país) recopila experiencias útiles de acreditación a nivel universitario y técnico, nacionales e internacionales, que pueden servir para los esfuerzos actuales en nuestro país. A continuación, algunas de las principales lecciones aprendidas:
  1.  Cada IES debe priorizar algunas acciones y pensar en sus procesos de mejora continua como inversiones a largo plazo. La lección es “menos es más”: concentrarse en dos o tres temas -como la calidad docente y su producción académica, aprendizajes de los estudiantes, o internacionalización, y considerarlos estratégicos para mejorarlos.
  2. Es clave el involucramiento de las máximas autoridades de la IES para dar la visibilidad necesaria y expandir la acreditación a toda la institución. Condiciones previas para un proceso exitoso son: la existencia de una cultura de calidad en la IES, clara orientación a los usuarios, articulación efectiva con empresas y egresados, y fortaleza de la organización.
  3. Evitar definir la acreditación exclusivamente sobre indicadores formales o cuantitativos, pues existe el riesgo de que se satisfagan únicamente con respuestas formales. El sistema debe verificar que existe un compromiso real de la IES con la calidad.
  4. Los organismos de aseguramiento de la calidad tienen que desarrollar capacidad de aprendizaje: atendiendo a opiniones de instituciones, evaluadores, empleadores, definiciones de política y condiciones del medio social. 
  5. Hay dos prioridades para fortalecer la acreditación en el país: un sistema de información laboral, largamente reclamado para aumentar la demanda por calidad de todos los actores; y un fondo de estímulo para la calidad, a fin de acelerar los procesos de mejora de calidad, como se ha hecho en otros países de la región.
  6. En las IES de talla mundial hay tres factores para el éxito: (i) concentración de talento (docente y estudiantil); (ii) financiamiento suficiente (generalmente una mezcla de recursos públicos y privados); y, (iii) gobernanza favorable (autonomía suficiente pero con rendición de cuentas, y mucho liderazgo). 
Es tiempo de acelerar el paso en este complejo pero gratificante mundo de la calidad de la educación superior si es que no queremos perder nuevamente el tren del desarrollo.
 
Publicado en El Comercio el 30 de Setiembre del 2013


miércoles, 18 de septiembre de 2013

La alternancia educativa es una buena alternativa

¿Cómo brindar una educación de calidad a cientos de miles de niños y adolescentes que viven en las zonas rurales más pobres y dispersas de la Selva y Sierra de nuestro país? El desafío implica enfrentar la difícil geografía peruana, la escasez de recursos presupuestarios, el mayor costo de cualquier intervención eficaz en dicho contexto, y la aspiración de brindar igualdad de oportunidades a todos los peruanos.

En primaria, las soluciones “realistas” han sido las escuelas unidocentes y multigrado. En ellas, un mismo profesor se hace cargo de varios grados en un solo ambiente, pobremente equipado, sufriendo los extremos de frío y calor del país. Es una situación lamentable que hay que superar sino queremos otra generación atrapada en la pobreza.

Sin embargo, la situación ideal no pasa necesariamente por contar con aulas y profesores distintos para cada grado. En muchos casos, la población objetivo se reduciría a menos de 10 alumnos porambiente. Un lujo que ni los países desarrollados se dan. La estrategia válida sería secciones separadas sise supera dicho umbral y, en los demás casos, escuelas multigrado repotenciadas con redes de docentes especialmente calificados y un buen sistema de acompañamiento a cargo de especialistas que visiten cada escuela quincenalmente.

En secundaria, no sería aconsejable un modelo multigrado por caserío debido al mayor nivel de especialización docente infraestructura requerido. También sería impensable que los adolescentes se trasladen a diario, por ríos o caminos extenuantes, para asistir a una escuela polidocente que les quedaría a distancias extremas. En este contexto la educación en alternancia es una alternativa de calidad.

Cada escuela secundaria de alternancia podría atender a una decena de caseríos bajo un sistema de semi-internado: hasta un centenar de estudiantes alternaría 15 días, estudiando y viviendo en la escuela, y 15 días, aplicando lo aprendido en el hogar. Un día típico incluye: lecturas previas al desayuno, proyectos grupales en las mañanas, talleres académicos en las tardes, y tertulias de discusión en las noches. Recientemente conocimos experiencias en Loreto y Ayacucho que cuentan con huertos productivos y ejemplares ambientes de aprendizaje vivencial.

Elementos para que este modelo funcione son: apoyo de autoridades locales y nacionales, para asegurar la alimentación completa de los chicos,  mantenimiento de  servicios básicos e infraestructura del centro, compromiso de las familias con el proyecto, vinculación con programas de desarrollo económico regional, y provisión de maestros bien preparados en lo académico, productivo y socio-emocional, porque fungen de segundos padres en la escuela.

Ya existen 54 Centros Rurales de Formación en Alternancia (CRFA) en Perú, muchos de ellos con resultados promisorios gracias a fundaciones y personas muy comprometidas. Es el momento de apuntalar los factores esenciales de este modelo para replicarlo en donde sea necesario.

En el caso de las zonas urbanas pobres, la alternativa es otra: la formación secundaria de variante técnica, que debe rescatarse, para que los jóvenes puedan acceder a un primer empleo contando con una secundaria completa fortalecida. En esta variante, los alumnos alternarían períodos de educación general en el aula, con períodos de formación técnica en Centros de Educación Técnica Productiva (CETPRO) locales, que tienen que ser repotenciados, de acuerdo a las necesidades productivas de las regiones del país.


Publicado en El Comercio el 15 de Setiembre del 2013

jueves, 29 de agosto de 2013

Contribución a la educación técnica

Hace un año, en la sección económica de este mismo diario, relatábamos el exitoso caso del Colegio Fe y Alegría (CFA) 58 en Jicamarca, una zona de pobreza extrema cercana a la capital. Allí, cerca del 80% de niños logran todos los aprendizajes esperados en comprensión lectora y matemáticas, superando números alcanzados por colegios de clase media-alta del país. Resaltábamos como elementos centrales del éxito del CFA 58: el liderazgo de su directora, quien selecciona cuidadosamente a los maestros públicos no sólo por su capacidad de enseñanza, sino por su personalidad y empatía con la niñez; el clima institucional extraordinariamente acogedor; y muchas estrategias creativas, como los coloridos brazaletes, que lucen orgullosos los niños luego de centenares de lecturas voluntarias.

Pero Fe y Alegría también cree y practica la formación técnico-vocacional para que los jóvenes puedan emplearse al terminar la educación secundaria, si así lo necesitan. Los talleres de capacitación técnica de FYA privilegian decisiones vocacionales informadas en especialidades desarrolladas paralelamente a los estudios generales. Durante el primero y segundo de secundaria, los alumnos rotan por diversos talleres de modo que estén familiarizados con cada opción laboral, con sus procesos productivos, y puedan elegir el taller de especialización posterior cursado durante los tres últimos años de secundaria.

Las especialidades elegidas son dictadas no solo por la demanda estudiantil, sino en función al tejido productivo local. Los talleres se asocian a 19 opciones laborales como carpintería, electricidad, industria textil y vestimenta, aula-empresa (asociado a emprendimientos), industrias alimentarias, actividad agropecuaria, artesanía, computación, música, joyería, tejido-bordado, y mecánica.

El entrenamiento en cada taller demanda un equipamiento adecuado y personal docente con experiencia en actividades técnicas, los cuales no siempre están disponibles en las instalaciones de los colegios FYA. En estos casos, se trabaja en coordinación con cuatro Institutos Superiores Tecnológicos (presentes en Ayacucho, Amazonas y Lima)  y tres Centros de Especialización Técnico Productiva (todos en Lima) que se encuentran bajo la administración de FYA. Por último, las capacitaciones son reconocidas con un diploma con mención en la especialización elegida, el cual es otorgado por la organización FYA al finalizar la secundaria.


Hace décadas que, en la práctica, la educación secundaria peruana abandonó la formación técnica de sus estudiantes. Es urgente retomarla, en nombre de la educación pertinente e inclusión social y productiva, replicando muchas de las buenas prácticas de Fe y Alegría, también en este nivel educativo.

Publicado en El Comercio el 26 de Agosto del 2013.

jueves, 22 de agosto de 2013

¿Se acabó la crisis en Estados Unidos?

Regresé después de algunos años a la capital de Estados Unidos y fue una buena oportunidad para auscultar de cerca la situación de su economía y mercado laboral. ¿Encontré una crisis generalizada en Washington? En realidad, no: pude observar numerosas obras de construcción de nuevos departamentos, remodelaciones de edificios clásicos y trabajos de mantenimiento de grandes monumentos (el contraste con una Europa casi paralizada fue bastante fuerte).

Las estadísticas muestran que la cantidad de turistas que visitan los atractivos históricos y culturales de la ciudad –alrededor de 18 millones anuales, se ha estado incrementando (habían chinos “como cancha” que, en la práctica, han reemplazado a las masas de turistas europeos y japoneses que se solía ver décadas atrás).

Uno de mis termómetros fue que no divisé muchos “homeless” (vagabundos sin hogar) en las estaciones de metro, como en otros tiempos difíciles. De hecho, la tasa de desempleo del área metropolitana de Washington está actualmente en 6.0%, cerca de su nivel de largo plazo y por debajo del promedio nacional de 7.4%.

¿Por qué no se ha notado con fuerza la mayor crisis americana de la postguerra en su capital? Mis colegas allá indican que la ciudad fue rápida beneficiaria de las políticas ultra expansivas federales de los últimos años. Más bien, los recortes automáticos de gastos que se vienen en el denominado “secuestro fiscal” sí podrían afectar a los servicios públicos en los próximos trimestres.

Haber echado mano excesivamente de estos instrumentos contra-cíclicos habría sido la única opción en el 2008-2009, pero su exageración puede haber generado una burbuja de complacencia, que ha olvidado atender factores críticos para la productividad americana como son: la heterogénea calidad de su educación y capacitación laboral, la excesiva carga de los costos de salud, la desaceleración en el ritmo de innovación y reconversión industrial, la pesada regulación estatal, entre otros.

Por ejemplo, el Washington Post (que hoy luce mucho menos atractivo que sus versiones digitales y que ojalá Jeff Bezos pueda relanzar), reseñaba la semana pasada el caso de Detroit, ciudad símbolo de la industria automovilística norteamericana, que se ha declarado en quiebra hace poco. A diferencia de otras ciudades como Pittsburg o Los Ángeles, no ha podido relanzarse con otros sectores competitivos, y tiene ahora la mitad de fuerza laboral que hace tres décadas y un desempleo de dos dígitos.

Otro elemento aleccionador: visité un grandioso museo postal, pero por más esfuerzos en automatización realizados, la empresa pública de correos perdió 16 mil millones de dólares el año pasado. Es evidente que en un mundo de correos electrónicos generalizados a costo cero, las cartas físicas y estampillas solo son piezas de colección para museos, y no se puede seguir sosteniendo una industria de manera artificial.

En conclusión, la lenta recuperación americana está en marcha, pero su ritmo no es suficiente para muchas ciudades, estados y actividades postradas en crisis estructurales por décadas. El mundo necesita de un Estados Unidos que crezca vigorosamente, pues aún es la economía más grande del planeta y los países emergentes andamos desacelerándonos, pero parece que los políticos de Washington y sus entrampamientos, también allí, detienen un progreso mayor.


 Publicado en El Comercio el 21 de Agosto del 2013

jueves, 25 de julio de 2013

¿Un mundo al revés?

Es un mundo al revés… casi por primera vez. Para varias generaciones de peruanos, acostumbrados a vivir en un país en permanente crisis (y mirar con admiración y sana envidia al mundo desarrollado), resulta un poco extraño experimentar la situación reversa, al menos desde el punto de vista económico y laboral, quizás por primera vez en sus vidas.

Casi todas las semanas se divulgan resultados laborales negativos, que lindan con lo catastrófico, en prácticamente todo el mundo desarrollado. España tiene una tasa total de desempleo de 27% y de 56% para sus jóvenes, cifras comparables con aquellas de la Gran Depresión y la Guerra Civil Española. Todas las demás naciones europeas, con la excepción de Alemania, tienen también tasas de desempleo récord.

Estados Unidos ha realizado la política monetaria más expansiva que se recuerde para evitar una tasa de desempleo de dos dígitos. Aun así, le está  costando más de un lustro de medidas no convencionales regresar el desempleo a sus niveles normales. Japón ha pasado dos décadas de gran estancamiento y recién empieza a dar signos de crecimiento.

Mientras tanto, cada vez con más frecuencia aparecen resultados positivos en el mercado laboral peruano. La tasa de desempleo, que se mide para Lima Metropolitana de manera mensual, ha bajado de 10% a 6% consistentemente, fenómeno que no se veía desde los años 60, y el empleo sigue creciendo por encima de la fuerza laboral.

La tasa de subempleo también ha disminuido de 55% a 36%. Por primera vez desde épocas previas a la hiperinflación de los 80, tenemos una mayoría en la capital con empleo adecuado. La emigración de peruanos a otros países se va transformando en la inmigración creciente de extranjeros que vienen al Perú en busca de un destino laboral mejor.

De acuerdo con la más reciente Encuesta Nacional de Hogares, la remuneración mensual promedio en el país se incrementó de 1,525 a 1,824 soles entre el 2008 y 2012. Un crecimiento real de 20%, a pesar de que en el resto del mundo, salvo China y pocas otras excepciones, los salarios han caído. Los ingresos han crecido más en el ámbito rural que en las ciudades (24% versus 18%), lo cual da indicios de  que las enormes brechas regionales podrían empezar a cerrarse.

Esta encuesta también puede usarse para analizar el mercado de fuerza laboral calificada. Las remuneraciones de ingenieros civiles siguen siendo las más altas ubicándose en S/. 4,000 mensuales en promedio. Entre las profesiones mejor pagas se encuentran los ingenieros de sistemas, industriales y de otras áreas, así como profesionales en ciencia y tecnología. En suma, un mercado laboral que refleja una escasez relativa de buenos ingenieros. Esta es información fresca que debiera considerarse en la orientación vocacional durante estos meses, en los que muchos jóvenes deciden su futuro profesional.

¿Por qué no se estudia más ingeniería en el Perú, a pesar de su creciente demanda y elevadas remuneraciones? Parte del problema se arrastra desde la educación básica. Si el 87% de los niños de segundo grado de primaria no alcanza el nivel adecuado de matemáticas, posiblemente muchos de ellos renuncien a cualquier gusto por las matemáticas muy temprano en sus vidas.

Por eso, los problemas estructurales del mercado laboral peruano hay que enfrentarlos desde la educación básica, a fin de no quedarnos atrapados como país en la denominada "trampa de los ingresos medios".  

Publicado en El Comercio el 24 de Julio del 2013