miércoles, 25 de julio de 2012

Con Fe y Alegría


No se necesita ir lejos de Lima para comprobar que todavía tenemos grandes bolsones de pobreza extrema que atender e integrar al desarrollo. Por ejemplo, al terminar la Autopista Ramiro Prialé gire a la izquierda e intérnese por la Avenida Las Torres hasta llegar a San Luis de Huarochirí, en Jicamarca. Allí palpará las supremas limitaciones que sufren prácticamente todos sus moradores.

Sin embargo, se llevará también una gratísima sorpresa. En medio de “Cerro Camote” se erige el colegio público con las mejores calificaciones en la Evaluación Censal de Estudiantes de segundo grado (por encima de las otras seis mil escuelas públicas de Lima). Se trata del Colegio Fe y Alegría (CFA) No.58.

Allí, el 80% de los niños logran todos los aprendizajes esperados en comprensión de lectura y razonamiento matemático (y el restante 20% se encuentra en proceso de hacerlos). Estos números son mejores, en muchos casos, que los alcanzados por colegios de clase media-alta y superan dos y más de cinco veces los lamentables promedios nacionales de 30% de comprensión lectora y 13% de logro en matemáticas.

¿Cuáles son los elementos centrales de este éxito que pudimos comprobar en una visita reciente del Consejo Nacional de Educación?  En primer lugar, resalta el liderazgo de la directora, una hermana irlandesa apasionada porque los niños más humildes aprendan con alegría y gozo. La autonomía de la institución educativa resulta crucial para lograr éxitos educativos.

En segundo lugar, un conjunto de maestros públicos cuidadosamente seleccionados por la directora, no sólo por su capacidad de enseñanza, sino por su personalidad y empatía con la niñez. Varios de ellos vienen todos los días desde lugares tan lejanos como Ancón o Villa El Salvador, contentos y comprometidos con todo lo que logran transmitir a sus alumnos.

Por ello, el clima institucional del CFA 58 es extraordinariamente acogedor y uno ve a niños felices en las aulas. Sus padres colaboran con un lindo comedor que se encarga de proveer de almuerzos para que puedan aprovechar las tardes en diversos talleres de refuerzo y complemento.

La biblioteca parece tele-transportada del mundo desarrollado: abierta, colorida y con cómodos asientos como para quedarse y disfrutar. La lectura voluntaria de libros merece puntos que se canjean por coloridos brazaletes, que los estudiantes lucen orgullosos, y otros materiales de estudio. ¡Con este sistema hay niños que llevan acumulando la lectura de 300 libros! Hay pues mucho que aprender y replicar de esta maravillosa experiencia.

A pesar del éxito, insuficientemente reconocido, el CFA 58 sufre la burocracia. La UGEL sigue negándole su solicitud de tres plazas docentes adicionales con el fin de atender la creciente demanda de estudiantes. Requiere todos los años la renovación de contratos inciertos con muchos docentes de comprobada calidad (además de pagarles con retrasos de varios meses). No brinda ningún personal de servicio al colegio, por lo que la limpieza y mantenimiento la tienen que asumir los padres de familia. Demasiado poder en instancias burocráticas que lo único que hacen es entorpecer y desanimar la innovación educativa.

¡No nos podemos dar el lujo de castigar el éxito de esta manera! No es ni lo justo ni lo sensato para un país hambriento de logros educativos.


 Públicado en El Comercio, 20 de Julio de 2012

Paquetazo español de verano

Generalmente, la receta aconsejada para una economía que sufre de gran recesión y récord de desempleo, como la española, es realizar una política fiscal expansiva aumentando el gasto público y reduciendo los impuestos. Sin embargo, como muchas cosas en la vida, ¡no siempre querer es poder!…

Casi todos los países en el mundo actual quisieran aumentar su gasto e inversión pública ante la agónica crisis internacional que vivimos. Pero sólo aquellos que pudieron ahorrar en tiempos de “vacas gordas” y que tienen unas cuentas fiscales saneadas, como China, Chile y Perú, entre otros pocos países, pueden realizar políticas contracíclicas de gasto en los próximos meses.

No es el caso de España. Como ha dicho Mariano Rajoy, no le ha quedado otra alternativa que aplicar un severo ajuste fiscal que recuerda a los “paquetazos” que vivíamos los peruanos en otras épocas, felizmente superadas. Ya lo decíamos en nuestra columna del 30 de junio en este mismo diario, España está pagando caro el precio de los excesos cometidos en los últimos años.

El crédito fácil a personas sin ingresos ni empleo estables, para adquirir viviendas a precios astronómicos, fue un claro ejemplo de exuberancia que tenía que acabar y que, luego de estallada la “burbuja inmobiliaria” ha arrastrado a casi todo el sistema financiero a una crisis sin precedentes. Ahora también se acabó el subsidio fiscal a la compra de casas.

Ni los mercados ni los organismos internacionales de fiscalización ven como sostenible un déficit fiscal de 8% del PBI (y pensar que la meta inicial comprometida por todos los países ingresantes a la zona del euro era de 3% de déficit fiscal).

Por ello el incremento en la tasa general del impuesto al valor agregado de 18 a 21% y las medidas para reducir el tamaño de la clase política remunerada, pues medio millón de ellos no era un número justificable (el doble de Alemania con la mitad de población). También las restricciones al gasto de las administraciones locales y comunidades autónomas que, de tanta autonomía, habían estado incrementando su gasto desmesuradamente.

El paquete espera reducir el déficit en alrededor de dos puntos del PBI, lo cual ayuda a regresar a una senda más viable para las finanzas públicas, aunque todavía está lejos de lograr déficits menores al 3% del PBI. Al parecer, ello sólo se conseguirá en el mediano plazo si se van reestableciendo las condiciones para el crecimiento económico, liderado por la inversión del sector privado, y se realizan audaces reformas para una integración europea, fiscal y bancaria, más profunda.


Públicado en El Comercio, 12 de Julio de 2012

miércoles, 27 de junio de 2012

Érase una vez España


Ya las exportaciones peruanas, textiles y agropecuarias entre otras, están acusando el golpe de la crisis española. A continuación algunas impresiones de observar dicha crisis “en vivo y en directo” recientemente en Madrid y Santiago de Compostela. El dato más llamativo es la “fatídica doble P”: Paro y Prima. La tasa de paro español (desempleo abierto) bate récords de 24% en total y 52% para los jóvenes, como consecuencia de  dos graves recesiones en menos de tres años. Hay largas colas en las oficinas públicas de empleo pugnando por escasas vacantes. Sin embargo, noto contrastes: muchos españoles no están dispuestos a aceptar cualquier empleo (ni renunciar a la siesta) aún en tiempos de crisis. No encuentro botones en hoteles de cuatro estrellas y me es difícil conseguir taxi y establecimientos abiertos entre 2 y 4 de la tarde.

La prima de riesgo (o “riesgo país”) llega a máximos históricos superiores a 500 puntos básicos (la peruana está en menos de 200). Los bonos españoles tienen que pagar 5% más que los bonos alemanes (el activo libre de riesgo comparable) para obtener demanda. Reditúan cerca de 7% anual, tasa considerada por los mercados como señal de insostenibilidad (así pasó previamente con Grecia, Irlanda y Portugal).

¿Cómo llega España a esta situación? Encuentro consenso entre los españoles sobre los excesos cometidos en los últimos años. El crédito fácil de cajas de ahorro regionales y otras financieras a personas sin ingresos ni empleo estables, para adquirir viviendas a precios astronómicos, ha sido un claro ejemplo de exuberancia que tenía que acabar. El precio de las casas va cayendo ya más de un tercio con el final de la “burbuja inmobiliaria”. Los excesos en el sector público (déficit fiscal de más de 8% del PBI, obras públicas de dudosa rentabilidad social) y la clase política también son conocidos: medio millón de políticos remunerados (el doble de Alemania con la mitad de población).

¿Va a regresar España al mundo sub-desarrollado? No lo creo. España ha logrado un ingreso per cápita de 33 mil dólares anuales, casi seis veces más que el nuestro (y tres veces más en paridad de poder de compra). Este desarrollo alcanzado (que se manifiesta, por ejemplo, en una infraestructura física envidiable) no es cosa del pasado reciente. En la década del 50, el ingreso promedio español no difería mucho del peruano (era sólo 25% mayor). En décadas posteriores se amplió la brecha, destacando nítidamente el período 1960-1974 en el que España creció a 7.5% promedio anual per capita, siendo superado mundialmente sólo por Japón.

España ha cruzado el umbral del desarrollo hace buen rato, pero le va a costar mucho dolor y varios años más salir adelante de esta crisis. Recién se están tomando medidas que debieron suceder hace tres años, como la reestructuración bancaria, y aún faltan más reformas en el campo fiscal y laboral. Además, la salida ordenada de este embrollo depende no solo de decisiones en Madrid, sino en Bruselas, y críticamente en Berlín y Frankfurt.

Esta crisis europea demuestra que no basta con la integración monetaria para que sobreviva una moneda común. Se necesita también la integración bancaria y, sobretodo, fiscal. Es decir, que cada estado europeo renuncie a una parte importante de su poder y soberanía en aras de un futuro común sostenible y en paz.


Públicado en El Comercio, 27 de Junio de 2012

¿Adiós horarios de oficina?


El acelerado e incesante progreso tecnológico en las comunicaciones y manejo de la información está cambiando la tradicional distribución de nuestros días entre el tiempo dedicado al trabajo y aquel destinado a la vida personal. Cada vez resulta más borrosa la línea divisoria entre el “horario de trabajo” y el “resto del día”.

En este sentido, empresas, colaboradores y la legislación laboral tienen que adaptarse flexible y creativamente a esta realidad que hace tiempo llegó para quedarse. Para las empresas va a resultar cada vez menos efectivo, y hasta contraproducente, prohibir a sus colaboradores conectarse a las redes durante las horas formales de oficina. Por el contrario, la conectividad permanente bien utilizada podría ayudarlos a ser más creativos (por lo menos en puestos profesionales y técnicos que demandan constante innovación), a aprovechar las redes de contactos en forma oportuna, y a contribuir a la competitividad y productividad de la empresa.

En Melbourne, Australia, se constató que la conexión a redes sociales ayudaba a incrementar la productividad laboral en 9%. En cinco países europeos, 46% de los encuestados consideró que las redes les potenciaba la creatividad. Por supuesto que cada empresa localizada en el Perú deberá definir su situación óptima particular, en función de la naturaleza de su negocio, sector específico que atiende y tipo de ocupación de cada empleado o grupo de empleados.

Como contrapartida, el colaborador deberá terminar satisfactoriamente las tareas encomendadas y cumplir con las metas acordadas, donde sea y cuando sea, siempre que respete a cabalidad los plazos. El contrato laboral futuro más eficaz para ambas partes sería aquel que establezca responsabilidades claras por tareas y metas específicas. Estaremos ante una nueva definición de trabajadores, 24x7, y una nueva materialización del tiempo de ocio, que salpicará la vida misma en todo momento, y que deberá promover siempre la productividad individual y corporativa.

Sin embargo, como todo exceso en la vida puede ser malo, enumero algunas ideas sencillas y reglas prácticas que podrían considerarse:

1) Los grupos de trabajo tendrán que acordar “apagones de conectividad” durante sus reuniones, para enfocarse en lograr resultados tangibles luego de 45 minutos de atención y aporte de todos sus concurrentes (además de eliminar la descortés práctica de leer e-mails en plena reunión de trabajo, en la que tarde o temprano todos caemos).

2) El individuo deberá establecerse horas de “apagón individual” para concentrarse en tareas importantes, prioritarias o urgentes (el excesivo multitasking ciertamente afecta la salud y la productividad de largo plazo).

3) La persona tendrá que fijarse como política detener la lectura de redes sociales y respuestas a e-mails por lo menos una hora antes de dormir (se ha demostrado mayores dificultades para lograr un sueño profundo y reparador en individuos que se acuestan conectados con las tablets y smartphones encendidos).

Se trata de manejar apropiadamente el natural estrés que está provocando la “sobrecarga informativa” y exceso de “estímulos informativos”. Al final de cuentas, el bienestar mental, tanto como el físico, serán más importantes que nunca para mantenerse sanos y productivos en esta era de la información ilimitada.


Artículo para El Comercio, 28 de Mayo de 2012

Crecimiento reciente y generación de empleo


A propósito del Día del Trabajo celebrado ayer, cabe preguntarse por la relación entre el crecimiento económico actual y el aparente estancamiento del empleo en estadísticas recientes. La semana pasada, el Ministro de Economía confirmaba que la economía había crecido 6.2% en el primer trimestre del año, una de las cifras comparativas más altas en este incierto panorama internacional. Sin embargo, el INEI indicaba que el empleo total en Lima Metropolitana se había expandido solo 0.7% en el mismo período de tiempo, en relación a similar trimestre del año anterior.

Con justa razón, muchos peruanos desconfían de las confusas cifras de empleo que a veces parecen demasiado optimistas (como cuando mostraban crecimientos del empleo en medio de tiempos recesivos) y otras, como en la coyuntura actual, un tanto pesimistas porque el empleo no aumentaría a pesar de que la economía peruana marcha como muy pocas en el mundo.

Sucede que el crecimiento del empleo total en una economía depende tanto de la mayor demanda de trabajadores, por parte de las empresas en auge, como del comportamiento de la oferta laboral, por parte de la población. El estancamiento registrado se debería principalmente a razones de oferta. Son principalmente los jóvenes que han reducido su tasa de participación e incrementado su inactividad laboral. En este sentido, resulta crítico determinar si estos jóvenes siguen estudiando pues, de acuerdo a estimados recientes de Juan Chacaltana, el número de jóvenes que ni estudia ni trabaja todavía supera el millón en todo el país.

En el lado positivo, la mayor demanda de trabajadores por parte de las empresas está aumentando el empleo adecuado, aquél con remuneraciones suficientes para pasar el umbral de la pobreza monetaria, a ritmos de dos dígitos en los últimos años. Los ingresos reales promedio también están mejorando a tasas cercanas al 10% anual reflejando esta mayor capacidad de la economía de absorber a la población en ocupaciones productivas, sacándolas del subempleo y la pobreza. En este caso aumentan más las remuneraciones reales de técnicos, lo que indicaría una creciente escasez de mandos intermedios, manifestada en reiteradas oportunidades por los gremios empresariales.

Estamos pues ante una paradoja más de nuestra economía. Habría más de un millón de jóvenes que ya no estudia, pero que tampoco trabaja ni busca activamente un empleo, y cientos de empresas que necesitan de estos jóvenes bien calificados en ocupaciones técnicas pero que no los consiguen. He aquí un papel crucial del Estado en esta coyuntura: acercar esa oferta de jóvenes con esa demanda de empresas, a través de un Plan Nacional de Formación y Empleo Juvenil y programas tales como Jóvenes a la Obra y Beca 18.

Debemos seguir cosechando los frutos de dos décadas de estabilidad económica, que se ha convertido en un patrimonio nacional felizmente resguardado por sucesivos gobernantes, y continuar sembrando capital humano y empleabilidad en todos los peruanos para alcanzar el desarrollo sostenido. No permitamos que el crecimiento se detenga por esta paradoja en tiempos inmejorables para el país.


Artículo para El Comercio, 2 de Mayo de 2012.

La desigualdad también ha disminuido


La nueva serie de pobreza del Instituto Nacional de Estadística e Informática revela que este indicador se redujo prácticamente a la mitad entre los años 2004 y 2010 (de 58.7% a 30.8% respectivamente). Así, el Perú cumpliría el principal Objetivo de Desarrollo del Milenio cinco años antes del plazo señalado. Esta es una buena noticia que no debe pasar desapercibida. Gracias a las elevadas tasas de crecimiento económico, el Perú está consiguiendo metas reservadas antes sólo para países asiáticos, y estaríamos a mitad de camino para lograr un nivel mínimo de satisfacción de necesidades básicas para todos los peruanos. Sin embargo, el contra-argumento inmediato que se esgrime es la persistente desigualdad de nuestro país.  Se afirma, con justa razón, que podemos estar bien encaminados en los promedios nacionales, pero las brechas son muy grandes, sobre todo al interior del país.

La respuesta alentadora es que también la desigualdad monetaria ha caído en el Perú, después de muchas décadas. En un trabajo reciente con Juan Francisco Castro y José Luis Bacigalupo, disponible como Documento de Discusión en www.up.edu.pe/ciup, analizamos este fenómeno entre 1997 y el 2010. Encontramos una reducción de la desigualdad de 13.4% medida a través del Coeficiente de Gini calculado con la información de ingresos de las Encuestas Nacionales de Hogares. Asimismo, estimamos el Coeficiente de Gini con los datos agregados de las Cuentas Nacionales y comprobamos que la caída en la desigualdad es un resultado robusto al potencial sub-reporte en los percentiles más altos de la distribución de ingresos y gastos. La famosa Curva de Lorenz, cuya “barriga” refleja la extensión de la desigualdad, se ha “adelgazado” por primera vez en mucho tiempo, especialmente entre los deciles 4 al 8, a quienes se les puede considerar la creciente clase media del país.

¿Cuáles han sido las variables detrás de este resultado? El estudio encuentra que hasta la cuarta parte de la mejora puede ser atribuida a programas estatales de transferencias de ingresos, principalmente JUNTOS, mientras los tres cuartos restantes se deben a fuerzas del mercado, tales como el incremento en los ingresos laborales por el traslado del subempleo hacia empleos más productivos generados por el crecimiento y la inversión privada (este proceso se facilita con una legislación laboral flexible, no con el actual Proyecto de Ley General del Trabajo que incrementaría fuertemente la rigidez en el  mercado laboral peruano).

No todo es positivo, pues la incidencia de la pobreza rural está disminuyendo a la mitad del ritmo que su contraparte urbana, y ahora es tres veces mayor a aquella (61% versus 20% respectivamente).  Asimismo, los aprendizajes en nuestros niños de segundo grado se han estancado en el 2011 (sólo 13% en matemáticas y 30% en comprensión de lectura), por lo que el impulso inicial de reducción de desigualdad se podría agotar rápidamente, y hasta revertirse, si es que no mejora pronto la calidad de la formación de capital humano en los sectores con mayores desventajas económicas y sociales.

Los buenos equipos técnicos reclutados para la política social, principalmente en los Ministerios de Inclusión y Desarrollo Social, Educación, y Economía y Finanzas, tienen la ardua tarea de hacer realidad que esta desigualdad, sobretodo de oportunidades, siga cayendo sostenidamente, a la par que se continúa con un elevado crecimiento económico. Importantísimo reto que todos debemos apoyar desde donde nos corresponda.


Artículo para El Comercio, 7 de Abril de 2012.

miércoles, 7 de marzo de 2012

Cinco características de los innovadores

Para lograr el desarrollo económico se necesita la capacidad de innovar y crear nuevos productos permanentemente. Así lo han demostrado Inglaterra, Alemania, Estados Unidos, Japón, y, más recientemente, Corea, Finlandia y Singapur. En el Perú la falencia es enorme. Sólo invertimos 0.15% del PBI en investigación, ciencia y tecnología, cuando América Latina destina cuatro veces más, y Corea y otros países desarrollados invierten más del 3% de su PBI para estos fines. Tanto nuestro Estado como empresas tienen que hacer mucho más.

“El ADN del innovador” de Jeff Dyer analizó empresas americanas exitosas y encontró 5 características clave de los grandes innovadores: asociadores, preguntones, observadores, networkers y experimentadores. Por ejemplo, Michael Dell desarmaba y volvía a armar objetos desde niño y así produjo una PC 30% mas barata que la líder del mercado. Al respecto, recomiendo la estupenda película “Hugo” para motivar esta pasión en niños y adultos.

¿Tienen que fortalecer las empresas estas capacidades? Si no producen nada nuevo en 10 años estarán en declive. ¿Qué pueden hacer? Generar espacios para la asociación de ideas diversas, el cuestionamiento, la observación, las redes y la experimentación. Así, Google y Procter hacen swaps de personal para que sus equipos aprendan mutuamente. Se puede llevar a expertos de otras disciplinas y sectores a conversar con la mayor cantidad de colaboradores, por ejemplo, durante el almuerzo.

El Estado tiene mucho por hacer. Debe invertir más en laboratorios, postgrados y proyectos de investigación básica y aplicada a la producción de bienes y servicios. También trabajar en el sistema educativo, desde la base, puesto que se trata de lograr una sociedad de peruanos innovadores.

¿Cuáles son las características a desarrollar en nuestros niños y estimular a lo largo de la vida? Consideramos que son las mismas citadas anteriormente: ser asociadores, preguntones, observadores, manejarse en redes y experimentadores. ¿Están haciendo lo suficiente nuestros currículos, profesores, colegios, institutos y universidades, para crear una sociedad innovadora? Definitivamente no, y revertir esta situación debe ser una prioridad en las reformas educativas que estamos emprendiendo.


Artículo para El Comercio, 7 de Marzo de 2012.