miércoles, 4 de mayo de 2011

Habilidades para la vida

Una de las mayores novedades del CADE por la Educación 2011 fue la discusión sobre el conjunto de habilidades personales que valora actualmente el mercado de trabajo peruano. Estudios recientes distinguen tres tipos de habilidades: 1) cognitivas (fundamentalmente la aptitud verbal y comprensión lectora, el razonamiento matemático y capacidad de solucionar problemas), 2) socio-emocionales (tales como la autodisciplina, perseverancia, confiabilidad, trabajo en equipo, aptitud frente a la incertidumbre, liderazgo), y, 3) técnicas (conocimientos específicos de un campo profesional).

Por primera vez, en el Perú, se ha documentado que las competencias socio-emocionales importan tanto como las habilidades cognitivas y técnicas a la hora de predecir el progreso educativo y la empleabilidad e ingresos laborales. El panel de gerentes de recursos humanos, convocados por el CADE, corroboró este hallazgo e hizo énfasis en la escasez de estas competencias en el mercado laboral actual.

La noticia alentadora fue que este tipo de habilidades no sólo dependen de la carga genética de los individuos, sino que se puede invertir en mejorarlas a lo largo de la educación básica y superior. El reto para las instituciones educativas es identificar estrategias pedagógicas y de aprendizaje que incidan en estos aspectos poco explorados y explotados en la enseñanza tradicional.

Resultó meritoria la participación de la candidata Keiko Fujimori en este cónclave por el futuro de la educación del Perú. También que dialogara abiertamente con expertos en el tema y se comprometiera a fortalecer las líneas de acción en su propuesta educativa con los consensos arribados en el Proyecto Educativo Nacional. Asimismo, que asumiera como suya la meta de incrementar paulatinamente, y desde el primer año de su eventual gobierno, la inversión en educación como porcentaje del producto bruto.

Creemos que un mayor énfasis en cambiar sustancialmente la educación rural (con un sistema de redes, acompañamiento pedagógico y más maestros para acabar con las dramáticas escuelas unidocentes), y en potenciar la educación inicial (con una rápida conversión de los programas no escolarizados a centros de educación inicial de calidad conducidos por profesionales especialistas), sintonizarían bien con el énfasis de la candidata en la inclusión educativa de los niños más pobres de nuestro país.

Artículo para El Comercio, 2 de mayo de 2011

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