martes, 12 de mayo de 2015

Ingresos resistentes

De acuerdo al INEI, el ingreso promedio mensual en Lima Metropolitana durante el primer trimestre del 2015 fue de 1,588 soles. Este número representa un 10% de incremento nominal y 7% de crecimiento real respecto al año anterior, superando ampliamente el avance del PBI per cápita en el mismo período. ¿Cómo explicar este comportamiento, sorprendente y positivo, en medio de numerosos indicadores a la baja?

Este incremento laboral ha sido bastante generalizado: por niveles educativos, todos aumentan sus ingresos reales en 4 por ciento o más; por grupos de edad, el ingreso real promedio crece encima de 6,5 por ciento; por sectores económicos, todos crecen a excepción de construcción; por tamaño de empresa y género de trabajadores también encontramos un desarrollo similar.  

Asimismo, no se trataría de un puro efecto composición pues la estructura de la PEA ocupada remunerada varia poco de un año a otro, en todo caso explicaría no más de dos puntos del incremento. También hay que señalar que la fuente de información (EPE) es representativa y con una serie adecuada de preguntas sobre ingresos de trabajadores formales e informales, ya que se encuesta a hogares. Por último, se responde al mismo  cuestionario desde el 2003, sin interrupción por cerca de 150 meses.

Precisamente, si uno revisa la serie histórica y la compara con la evolución de la economía peruana, nota tres hechos (ver el artículo completo en https://www.facebook.com/EconomiaYFinanzasUP): El ingreso laboral real promedio se mantuvo estancado desde el 2003 hasta mediados del 2007, a pesar de que la economía empezaba a crecer sostenidamente, quizás debido al exceso de oferta de trabajo acumulado como consecuencia del estancamiento económico secular y la última prolongada recesión entre 1998 y el 2002.

El ingreso real promedio comenzó a incrementarse desde el 2007 y siguió creciendo hasta finales del 2009, no obstante que la economía peruana se había desacelerado abruptamente un año antes debido a la crisis financiera internacional. Al parecer, existe cierta inercia en la fijación de condiciones en el mercado laboral peruano, el cual reacciona con un retraso de alrededor de 12 meses para ajustarse a cambios bruscos en la macroeconomía.

El ingreso real inició una nueva fase de crecimiento desde fines del 2010 que todavía no ha culminado, precisamente, porque aún no se ha terminado de trasladar la desaceleración macroeconómica al mercado laboral. Esta es una buena noticia que, sin embargo, acabaría pronto. Se podría argumentar que el escenario actual es mucho menos dramático que el del 2009, por lo que no debería esperarse una caída en los ingresos reales (de hecho, resulta auspicioso que la pobreza haya seguido disminuyendo en el 2014, tal como lo acaba de revelar el INEI en su informe anual).

No obstante, es urgente que el PBI recupere una mayor tasa de crecimiento, antes de que se empiece a notar una sensación de estancamiento y desaliento en el mercado laboral, que afecte a su vez el crecimiento del consumo dinámico hasta ahora. Es necesario poner todos los esfuerzos, desde todos los niveles, para que en el resto del 2015 recuperemos una senda de crecimiento económico cercana al 5 por ciento de potencial peruano.

Publicado en el diario El Comercio el 29 de abril del 2015.

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