miércoles, 14 de noviembre de 2012

LACEA y la economía mundial

La calidad de trescientas contribuciones científicas y grandes conferencistas, incluidos dos Premios Nobel y economistas jefe de todos los organismos multilaterales, nos mantuvieron absolutamente atentos en 3 días de sólida teoría económica, rigurosa evidencia y debates de política de alto nivel, durante la Conferencia LACEA-LAMES organizada por los 50 años de la Universidad del Pacífico. De hecho, el cierre corrió a cargo de Oliver Blanchard, Economista Jefe del Fondo Monetario Internacional y consagrado catedrático del MIT, quien disertó sobre la economía mundial.
 

Blanchard utilizó una clarísima analogía para describir los determinantes de la anémica recuperación actual: un acelerador y tres frenos. Hoy en los países industrializados hay un solo acelerador en funcionamiento, que es la política monetaria extraordinariamente expansiva, con tasas de interés virtualmente en cero e instrumentos no convencionales como relajaciones cuantitativas que incrementan el dinero y reducen los costos de endeudamiento de largo plazo comprando bonos y papeles de larga maduración.
 
Sin embargo, hay tres poderosos frenos al crecimiento. En primer lugar, está operando la consolidación fiscal necesaria para países con niveles de endeudamientos insostenibles. Los casos más conocidos son los de Grecia, Portugal, España e Italia, pero también suceden en Japón, Gran Bretaña o Francia.
 
Asimismo, el riesgo del “abismo fiscal” en Estados Unidos impediría la posibilidad de mantener una serie de gastos y exoneraciones debido al límite de deuda alcanzado (equivalente a más de 100% del PBI) a fin de año. De operar estos recortes automáticos durante el 2013, el gobierno retraería recursos de la economía por más de 4% del PBI incrementado las posibilidades de una nueva recesión americana. Por ello los mercados bursátiles reaccionaron sin entusiasmo a la reelección de un Obama que tiene que negociar una salida rápida a esta nueva crisis con una Cámara de Representantes de mayoría republicana.
 
El segundo freno es la debilidad de las instituciones financieras, sobre todo en Europa, como consecuencia de la crisis hipotecaria, recesión e incertidumbre actual sobre el futuro de los bonos soberanos. Los bancos europeos están prestando a tasas de interés demasiado elevadas o simplemente no prestando lo suficiente para coadyuvar a una reactivación económica.

Por último, un tercer freno es la incertidumbre sobre las políticas que se adoptarán en el corto y mediano plazo, que impide a los agentes embarcarse en costosas decisiones de inversión. Así, no se sabe si una Unión Europea más cohesionada en lo económico y político, con poderosas autoridades bancarias y fiscales supranacionales, será viable. Asimismo, se advierten riesgos de política, aunque con menor intensidad, en otras regiones desarrolladas como Japón y los Estados Unidos.
 

En conclusión, como resultado de un acelerador poco efectivo y tres eficaces frenos, las economías desarrolladas (que todavía representan el 56% de nuestro comercio exterior) crecerán en el mejor de los casos a una velocidad de carcocha en el corto y mediano plazo (de acuerdo al último World Economic Outlook del FMI, 1.3% este 2012 y 1.3% en el 2013). ¡Habrá que seguirle poniendo velitas a todos los santos para que China y el resto de regiones emergentes no se desaceleren más por el bien de nuestras exportaciones y desarrollo!


Publicado en El Comercio el 14 de Noviembre de 2012

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