El mes pasado tuvimos la visita
de tres connotados economistas: Nouriel Roubini y David Lipton, convocados por
el FMI y la Universidad del Pacífico, y Paul Krugman, invitado por ESAN. Hubo
diferencias de matices en su apreciación sobre la economía mundial y sus
perspectivas, pero mucha coincidencia sobre el buen desempeño de la economía
peruana en la última década, gracias a una sólida gestión macroeconómica (más
allá de los favorables precios de exportación), y en los requisitos para
sostener su crecimiento y desarrollo.
Los tres estuvieron de acuerdo
en el reto fundamental de una educación de calidad. En palabras del Nóbel: “el
mayor problema del Perú es estar al fondo en educación”. Se refería a nuestro último
lugar en la prueba PISA del 2012, tomada voluntariamente en un total de 65
países desarrollados y de ingreso medio (precisamente los países con los que
competimos económicamente).
El estudio más importante con los
datos PISA de Eric Hanushek revela que, mientras Corea del Sur ha crecido 2
puntos porcentuales más cada año en el largo plazo, gracias a uno de los mejores
sistemas educativos del mundo, el Perú tiene un menor crecimiento potencial de
2 puntos anuales por contar con una educación tan rezagada. La próxima medición
de PISA será el 2015, mientras tanto tenemos pruebas nacionales (regularmente
en segundo grado, pero extendidas a otros grados este año) para monitorear
avances urgentes.
En marzo se difundieron
resultados de segundo grado del 2013. Las tendencias han sido positivas, pero
el ritmo de avance no alcanza para aspirar al desarrollo ni a corto o mediano plazo. El nivel satisfactorio de
comprensión lectora lo obtuvo solo 33% de niños, aumentando dos puntos porcentuales
en relación al 2012. El nivel satisfactorio de razonamiento matemático lo alcanzó
un ínfimo 17%, una mejora de 4 puntos con respecto al año anterior.
El gran reto para el país lo son
y serán ese 83% de niños restantes que hay que atender con mayor ahínco en sus
siguientes grados, para evitar el potencial síndrome de analfabetos funcionales,
que irán incorporándose a nuestra fuerza laboral en la próxima década. Con
semejantes falencias de aprendizaje en casi la totalidad de la fuerza laboral no
podremos competir contra los países desarrollados ni de ingreso medio actual y
seremos desplazados por otros países de actual ingreso bajo, con mejor capital
humano, como los del Sur de Asia.
Pero no todo es pesimista. Amazonas
ha logrado una mejora de 11 puntos porcentuales en matemáticas en el último año,
mientras que San Martín y Ayacucho obtuvieron incrementos de 8 puntos en
comprensión lectora. Son ganancias rápidas de las que hay que aprender y emular
para avanzar más aceleradamente. Moquegua tiene ya a dos tercios de sus
estudiantes en el nivel satisfactorio en comprensión lectora y casi a la mitad
en matemáticas.
La difusión de estos resultados
con las justas logró una nota en páginas interiores de los periódicos por un
día y luego desapareció nuevamente del debate nacional. Tenemos que conseguir que
sean parte de la discusión y reclamo diario de nuestros medios, de canales de señal
abierta en horario estelar, líderes de opinión, empresarios, políticos y padres
de familia, con mucha insistencia, hasta lograr la ansiada educación de calidad
para la gran mayoría de peruanos. De otro modo, habremos perdido nuevamente el
tren del desarrollo.
Publicado en El Comercio el 2 de Abril del 2014
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