jueves, 7 de marzo de 2013

Cinco hábitos para brillar en la vida

Ahora que empiezan las clases escolares es un buen momento para preguntarnos cómo contribuir a mejorar la educación en nuestro país, siguiendo el objetivo de una sociedad educadora propuesto por el Proyecto Educativo Nacional.

“Cinco hábitos de grandes estudiantes” de Jonathan Olsen y Sarah Gross, profesores de la Escuela Secundaria (pública) de Alta Tecnología de Lincroft, Nueva Jersey, es un excelente material para empezar la reflexión, pues sus alumnos han obtenido los mejores puntajes en las pruebas de ciencias y matemáticas de todo Estados Unidos.

Si bien se trata de estudiantes de por sí muy talentosos, para haber logrado ingresar a esta prestigiosa escuela, lo sorprendente es que durante sus años en ella siguen hábitos sencillos de inculcar en todo tipo de alumno e institución educativa en cualquier país del mundo, incluyendo el nuestro.

El primero es la lectura cotidiana. Estos estudiantes leen mucho, temprano, tarde y seguido, pero no solo sobre lo que dispone el currículo oficial, sino que realizan lecturas independientes sobre temas que les interesan, académicos o no, teniendo los periódicos, novelas, libros, revistas y fuentes de consulta a mano para llevárselas a casa. ¿Recuerdan la experiencia de los brazaletes del “Fe y Alegría 58” de Jicamarca?   

La segunda práctica es la redacción a diario. No siempre por una nota, sino como parte de su proceso formativo por lo que reciben retroalimentación constante. Escriben todos, los que se inclinan por letras y humanidades y los que destacan en ciencias y matemáticas, pues saben que la llave para persuadir al mundo es la buena redacción.

La tercera es que siempre están preparados para cualquier tipo de evaluación sobre sus aprendizajes y que tienen estrategias diversas para lograrlos. Los días de exámenes nacionales son tan motivadores para ellos como las fechas finales de los campeonatos deportivos.

El cuarto hábito es el aprendizaje colaborativo. Lo que ocurre en el mundo real de las empresas se traslada naturalmente a la esfera educativa. Estos estudiantes colaboran y aprenden entre ellos, reconociendo y valorando las distintas fortalezas, gustos y estilos de aprendizaje. Sabemos que en la vida adulta así trabajarán en equipos multidisciplinarios y que allí aparecerán las grandes innovaciones del futuro.

Por último, está la práctica del cuestionamiento constante de lo que aprenden. Estos muchachos acostumbran preguntar insistentemente a sus maestros, hasta entender a fondo la materia que están aprendiendo, y para pensar más allá del conocimiento convencional.

La lección universal de esta experiencia es que se pueden lograr altos aprendizajes con recursos razonables, desarrollando estos cinco hábitos sencillos, y seguramente otros más relacionados también con aspectos socio-emocionales, pero que las piezas fundamentales para estimularlos son los maestros y padres de familia.

Sabemos que la calidad educativa es el reto más grande para la sostenibilidad de nuestro crecimiento y desarrollo. En este sentido, los padres y autoridades debemos evaluar y pedir cuentas a los maestros acerca del uso permanente de estas estrategias en el aula, pero también debemos hacernos corresponsables de incentivar y facilitar estas prácticas en todos los hogares del país.

Publicado en El Comercio el 1 de Marzo de 2013 

5 comentarios:

  1. https://plus.google.com/118229573731267900492

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  2. Una de las conclusiones del libro presentado es que los logros en materia de cobertura educativa que se han alcanzado en nuestro país en los últimos años no han ido acompañados por una mejora en la calidad de la enseñanza y en los resultados que obtienen los niños y los jóvenes en las escuelas del país.
    http://www.bonpascher.com/smartphone-pas-cher-star-u9501-mtk6589

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