miércoles, 23 de julio de 2014

Investigación laboral para el desarrollo

El mes pasado tuvimos el honor de ser anfitriones de la “IX Conferencia Mundial IZA sobre Empleo y Desarrollo” en la Universidad del Pacífico. IZA es la red de economistas laborales con mayor presencia internacional actual y tiene su sede en Bonn, Alemania. Este encuentro académico tuvo también auspicios del Banco Mundial y BID.

¿Por qué estudiar de manera específica los mercados laborales en los países en desarrollo? Porque sus elevados niveles de informalidad laboral, altas incidencias de pobreza, y acelerados procesos de migración interna del campo a la ciudad, entre otras características saltantes, representan para los investigadores retos únicos a explicar y recomendaciones de políticas novedosas a proponer.   

El foro contó con exposiciones magistrales a cargo de Gary Fields (Cornell) y Hugo Hopenhayn (UCLA). Ellos han sido pioneros en modelar teorías para explicar la coexistencia de sectores modernos de alta productividad con una creciente informalidad laboral, subempleo y constante migración rural-urbana.

Uno de los temas centrales este año fue el papel de las habilidades cognitivas y socioemocionales de los individuos en sus resultados laborales. Al respecto, con datos peruanos de la Encuesta Nacional de Habilidades (ENHAB), Díaz, Arias y Vera-Tudela estimaron que ambas competencias son similarmente recompensadas en el mercado laboral y que añaden alrededor de 10% de ingresos en adición a la educación formal. Castro, Yamada y Arias demostraron con la misma base de datos que estas habilidades también influencian las decisiones de optar por una educación superior universitaria o técnica o incorporarse al mercado laboral terminada la educación secundaria.

Un estudio más reciente explora si estas diferencias en habilidades influyen además sobre el tipo de ocupación elegida en el mercado laboral y sus retornos. Nuestro trabajo con Pablo Lavado y Luciana Velarde encuentra que parte de la llamada “brecha salarial por género” se generaría por estas diferencias.

Hay dos espacios para la discusión de políticas a partir de estos estudios. Por un lado, se debería garantizar la formación temprana de habilidades cognitivas y no cognitivas para todos los niños en el Perú. Por otro lado, se debería asegurar equidad de oportunidades en acceso a todo tipo de empleos sin distingo de género, raza o cualquier otra fuente de discriminación laboral.

En este sentido, otra investigación con Francisco Galarza encontró que los postulantes hombres tienen 31% más de probabilidad que las mujeres de ser llamados a entrevistas de trabajo, en una muestra de casi cinco mil individuos que respondieron con currículos comparables a avisos de vacantes.

En cuanto al primer tema, todavía no se incluye en el currículum de educación básica en el Perú el dominio de las competencias blandas tan enfatizadas en esta conferencia. Felizmente, este reclamo empieza a ser crecientemente compartido por la comunidad empresarial que se queja del enorme déficit de estas habilidades en los actuales ingresantes a la fuerza laboral en el país.

En el segundo tema también hay mucho camino por recorrer: desde alentar y reconocer las buenas prácticas de responsabilidad en la contratación laboral, por parte del sector público y privado, hasta sancionar prácticas discriminatorias con todo el peso de la ley y la mala reputación generada.

Publicado en El Comercio el 23 de Julio del 2014.

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